ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO AL TERMINO
“TRANSGENERO”
Por Alejandra Zúñiga R.
Ponencia presentada en El primer congreso virtual, Colombia 2000 y
publicada posteriormente en la revista Terapia sexual, vol. VIII no. (1), 2005,
Brasil
Resumen
Se analiza el significado
del concepto transgénero, su origen, su utilidad, y las implicaciones del
estudio del transgénero en general
El concepto “transgénero” es una palabra relativamente nueva que no
encontrarán en el diccionario, por lo menos actualmente, para quien la ha
escuchado ya, la palabra le puede traer a la mente imágenes de travestis, transexuales y figuras andróginas. Pero,
¿para qué una palabra nueva para cosas que han existido desde tiempos tan
remotos? Recordemos aquí que las palabras o etiquetas nos sirven para
clasificar y entender mejor el mundo en que nos movemos, son herramientas, pero
no fines en sí mismas. Una palabra como ésta no es eterna ni inmutable, su
vigencia dependerá de su utilidad y del conocimiento que tengamos, si a la luz de
nuevos descubrimientos nuestra información crece y nuestra palabra se queda
”chiquita” tendremos que cambiarla o crear toda una serie de palabras nuevas.
Así por ejemplo cuando en este siglo se invento la palabra “homosexual”
abarcaba muchas conductas que tenían algunos elementos en común, pero que se
diferenciaban grandemente en el resto. A partir de ésta nacieron otras palabras
como ”travesti” y más tarde “transexual” para designar conductas, que viéndolo
con más detalle eran diferentes de la homosexualidad. La "palabrita” esta de transgénero fue
inventada en la década de los 70's por Virginia Prince, un travesti, doctor en
filosofía que en la década de los 60´s creó la primera revista para travestis
heterosexuales y que más tarde fundaría decenas de clubes para hombres que
gustaban de expresar está faceta femenina. Podemos considerarle el iniciador o
iniciadora del movimiento transgenérico, aunque su preocupación estaba dirigida
principalmente a los travestis heterosexuales. Sus grupos permitieron la investigación
de está conducta de la que se sabía muy poco y al mismo tiempo los travestis
fueron dándose cuenta que no tenían de que avergonzarse, que no estaban
enfermos, ni eran pervertidos, y empezaron a luchar por sus derechos, después
los transexuales también empezaron a organizarse.
Es posible que entre estos activistas se empezara a generalizar el uso
de la palabra transgénero para referirse a cualquier persona que pasara de un
género a otro, por lo que al hablar de transgénero se englobo con esta palabra
tanto a los travestis, como a los transexuales y a cualquier otra conducta
parecida o intermedia, la clave estaba en el cambio de género. Tenemos así, que
la palabra “transgénero” tendría dos significados. El primero que se refiere a
una conducta intermedia entre el travestismo y la transexualidad, y el segundo
como un concepto general que abarca
varios tipos distintos de conducta que tienen en común el tomar
elementos o conductas del otro género.
Pero vamos por partes, para que aquellos y aquellas que son
“primerizos” en estos términos. En el grupo Eon utilizamos una clasificación
que no es del todo precisa ni exhaustiva, pero que resulta muy práctica para
brindar apoyo.
De
acuerdo a observaciones de campo como coordinadora de salud preventiva del
grupo, las personas con una conducta transgenérica, que no tenga otras
motivaciones ajenas, como serían las profesionales o las requeridas por un
guión, etcétera; podemos clasificar a
las personas transgenéricas en cuatro grupos básicos, mas antes debo aclarar
que esta clasificación se basa principalmente en sujetos con cuerpos masculinos
que pueden variar en género e independientemente de su preferencia genérica que
son los o las asistentes más frecuentes a nuestras reuniones.
GRUPO
FETICHISTA
En este primer grupo considero
varones que derivan placer sexual de la observación o manipulación de prendas
femeninas, pueden llegar a vestirlas, pero rara vez llegan a un travestismo
completo y si este se da, no se mantiene. Los casos frecuentes se dan con un
travestismo parcial que puede centrarse en la ropa interior como pantaletas,
brasier, medias y pantimendias, también son muy frecuentes los fetichistas de
zapatos. Su conducta transgenérica puede considerarse más bien un acto intimo
ligado a su practica sexual. No hay indicios de una identidad genérica
traspuesta. Es más frecuente encontrar en este grupo personas con una
preferencia heterosexual o bisexual, (ginofílica o ambifílica). Particularmente
no tengo conocimiento de varones con una preferencia homosexual (androfílica)
que deriven placer sexual por la utilización de prendas femeninas.
GRUPO TRAVESTI
Aquí encontraremos personas cuyo travestismo puede varias desde el
parcial que utiliza sólo algunas prendas, hasta el completo, que comprende un
atuendo femenino integro. La frecuencia en el uso de la vestimenta cruzada va
desde la ocasional a la frecuente sin que llegue a ser de tiempo completo. El
grado en que una imagen pasable del género traspuesto es conseguida varia
desde, lo que convencionalmente podemos considerar absurdo hasta lo
convencionalmente convincente y atractivo. En algunos casos la práctica del
travestismo conlleva la obtención de placer sexual, sin que esta sea una
condición generalizable. Independientemente del logro obtenido en la obtención
de una imagen convencional aceptable. El varón travestí nunca pierde de vista
que es un hombre. Su presentación femenina puede ser entendida en términos de
expresión de una “parte femenina” que requiere manifestar ocasionalmente, pero
sin olvidar que la mayor parte de si, en términos de identidad, es masculina.
Por lo que se siente a gusto con su cuerpo masculino el que muy rara ves
buscaría modificar en una dirección femenina, puede llegar a fantasear en ello,
pero definitivamente no dará un paso que tenga carácter más o menos permanente
o irreversible. Pues la mayor parte del tiempo se siente a gusto y requiere de
la expresión de un rol y una imagen convencionalmente masculinos. Un hecho que las
observaciones parecen confirmar es que entre mas completo sea el travestismo y
mayor la frecuencia, así como el tiempo que se pasa con una vestimenta cruzada,
mayor será la proporción de identidad femenina que podamos encontrar, pero sin
que esta deje de ser menor proporcionalmente en cuanto al total. La observación
de campo parece confirmar el hecho de que es este grupo encontramos una mayor
preferencia heterosexual (ginefilica), una menos preferencia bisexual (ambifílica)
y una reducida preferencia homosexual (androfílica). De acuerdo a algunas
investigaciones, con las que estamos de acuerdo, se ha observado en algunos
hombres travestis que al paso de los años de una practica continua y
recurrente, su sentido de identidad genérica puede cambiar y derivar en una
identidad cruzada lo que haría a la persona ser transgenérica en sentido
intermedio o transexual secundaria.(Docter,1990)
GRUPO
TRANSGENERICO
Nos referimos aquí al concepto de transgénero en su sentido intermedio,
esto es como un estado entre el grupo travesti anteriormente descrito y el
grupo transexual. Podemos suponer que en este grupo existe una proporción igual
o aproximada de identidad masculina o femenina, inclusive podemos hablar de que
en algunos casos la identidad traspuesta es mayor que la identidad
convencionalmente asignada. Yo subdividiría este grupo en transgenéricos de
tiempo completo, aquellos que se desempeñan tiempo completo en el rol
traspuesto, es decir aquellos o aquellas que viven como mujeres. trasgenéricos
alternantes, aquellos que oscilan de la expresión de un rol a otro, de forma
frecuente o por periodos más o menos largos de uno a otro. Y finalmente transgenéricos
mezclados, aquellos que han combinado o mezclado los elementos de ambas
identidades de tal forma que el resultado final es diluida de ambas, la mezcla
puede variar en proporción, pero en general los elementos de ambos roles son
integrados y expresados.
Una condición que es posible encontrar en los transgenéricos
alternantes es el llamado bigénero, en la cual, la persona puede alternar su
expresión genérica de masculino a femenino y viceversa de tal forma que podemos
decir que existe una identidad consolidada clara y bien definida para cada
parte de la identidad total, es decir, una identidad masculina y una identidad
femenina, que son expresadas a través de sus roles respectivos sin que se
mezclen. Cabe aclarar que podemos entender esto como una doble identidad, mas
no así como una doble personalidad, pues podemos decir que existen partes
compartidas de estas identidades lo que consideraríamos una identidad o enlace nuclear que no desaparece en ningún
momento.
En algunas
de las personas del grupo transgenérico es común encontrar en uso de
tratamientos cosméticos, hormonales o
quirúrgicos estéticos con vías a obtener
una imagen corporal más femenina, pero sin que se busque una reasignación
quirúrgica de los órganos sexuales, es decir buscan modificar su cuerpo, pero
manteniendo sus órganos sexuales. Aquí podemos encontrar cualquier preferencia
genérica, incluso autoginefilicos, es decir aquellos o aquellas que sólo
expresen atracción por sí mismos en su imagen femenina.
GRUPO TRANSEXUAL
En este
grupo encontramos personas cuya identidad es traspuesta o cruzada, es decir,
una persona que experimenta molestia o desagrado (discordancia) con el cuerpo
que tiene, si éste no coincide con su identidad, es decir con su ser mujer o
ser hombre, por lo que busca modificar su cuerpo para que se adecue a su
identidad, particularmente sus órganos sexuales. Aquí encontramos dos
subgrupos. Los y las llamadas transexuales primarias, que son aquellos que
desde que tuvieron uso de razón y adquirieron una identidad genérica, ésta fue
una identidad traspuesta, por lo que podemos considerar que su identidad mayor
fue la femenina en el caso de las mujeres transexuales MèF (considerando la biología de
masculino a femenino). Usualmente esta identidad se adquiere entre los tres y
cuatro años de edad tal vez más tarde, pero rara vez después de los diez años
Por otra
parte, encontramos a las transexuales secundarias, que son aquellas cuya
identidad traspuesta se fue consolidando al paso de los años, posiblemente en
la adolescencia o después de ella.
En el
grupo transexual encontraremos una aversión por los órganos sexuales propios
cuando estos no coinciden con la identidad de la persona, este sentimiento
tiende a ser más pronunciado en las transexuales primarias.
Cabe aclarar, que lo que conceptualmente hace a una persona transexual,
no es el que se reasigne o no los órganos sexuales, sino el deseo de hacerlo y
adecuar su cuerpo a su identidad. Algunos autores hablan de transexuales pre o
post operados o incluso de no operables.
Hay que
aclarar también que el término “Transgénero” es todavía un término informal que
no ha sido totalmente aceptado en los círculos médicos y científicos; y que
entre los activistas en los distintos países el significado puede variar, pues
no existe un acuerdo universal. Como se darán cuenta esto crea muchas
confusiones en un tema de por sí complejo, pero mientras no estudiemos más,
inventemos palabras nuevas y nos pongamos de acuerdo habrá que hacer numerosas
aclaraciones cada vez que se mencione la dichosa “palabrita”.
Aquí, tendremos que hacer una pausa para aclarar que es eso del género
y de la identidad genérica. Hablemos del ser humano como un ser biopsicosocial,
es decir, biológico, psicológico y social. Cuando una persona nace, lo hace con
determinadas características físicas y biológicas, algunas de éstas que le
permitirán cuando crezca y si así lo desea participar en la reproducción,
podemos llamarle sexo a estas características que nos dividen en seres
“fecundadores” y “gestadores” o machos y
hembras para ser más convencionales. Un pene, o una vulva, quizás sean los
rasgos más claros de esta diferencia, pero sabemos que también hay órganos
internos, que pueden ser testículos u ovarios, además de hormonas, cromosomas,
genes, y diferencias a nivel cerebral, todo esto forma el sexo no sólo los
órganos externos. Pero son estos órganos externos los que se observan en el
nacimiento para saber si el nuevo ser es un macho o una hembra. Esto es
importante porque nuestras costumbres sociales y culturales nos indican que los
hombres son distintos de las mujeres y deben comportarse de forma distinta, así
empezamos a enseñar a este nuevo ser que los niños visten de azul y las niñas
de rosa, al menos en nuestra sociedad; le daremos un nombre diferente, tenemos
nombres masculinos y femeninos y le iremos enseñando la forma en que la sociedad,
nosotras y nosotros, esperamos, que se comporte de acuerdo a su sexo, a estas
costumbres y comportamientos diferentes les podemos llamar “rol” y sería la
parte social, pero hasta aquí que quede claro que nacemos con un “sexo”
determinado, pero vamos aprendiendo poco a poco nuestro rol. El nuevo ser va
aprendiendo todo esto y lo va reconociendo como suyo, de tal forma que en algún
momento podrá identificarse como “soy un niño” o “soy niña” y se da cuenta que
en el mundo hay papás y mamás, señores y señoras, hombres y mujeres, esta
identidad representa el aspecto psicológico, es decir, cuando establece una
igualdad o de otra manera, yo soy igual a estos o a estas, decimos que se ha
identificado y que tiene una identidad.
Cuando conjuntamos los aspectos sociales con los psicológicos, obtenemos
lo que podemos llamar género. ¿Entonces es lo mismo hablar de sexo que de
género? La respuesta es no, porque quedamos que el sexo es biológico nacemos
con él y nos diferencia en machos y hembras, pero al género lo vamos
aprendiendo, aprendemos a ser hombres y mujeres y esto se va volviendo parte de
nuestra identidad.
Así pues la identidad genérica vendría del reconocimiento que la misma persona
haga de sí se percibe o identifica como hombre o como mujer. Así pues las
conductas que hemos designado como transgenéricas en sentido general tendrían
que ver con esa percepción y de la combinación que se hace de los roles,
independientemente de la preferencia u orientación de la persona.
Este aprendizaje en su mayor parte es tácito, pues el sujeto muchas
veces no tiene conciencia de las reglas y relaciones que esta aprendiendo a
seguir.
“Las personas suponen que ser mujer o ser hombre, los derechos y los
deberes de hombres y mujeres, y lo que ocurre entre ambos, sobre todo en la
vida privada e individual, son espontáneos, naturales, o que están regidos por
el destino, los astros o la suerte. Creen que nada de esto tiene relación con
la economía, el orden social, ni con el orden político” (Lagarde, 1994)
“La mayoría de las veces, de forma solapada o con la seguridad de que
aquello que por considerarse evidente, no necesita siquiera ser mencionado ni
mucho menos explicado. Las actitudes, los implícitos, los gestos, actúan de la
misma manera que la propaganda subliminal, usada a veces de manera subrepticia
en el cine y la televisión, emitiendo mensajes de los que no somos conscientes,
pero que son mucho más eficaces que los explicitados y tienen la ventaja de que no necesitan ser
razonados ni justificados.
En este sentido, maestros y maestras están contribuyendo, en cualquiera
de los niveles educativos, a fomentar y reforzar la diferenciación de roles
femeninos y masculinos; esta situación se da a través de lo que se conoce como
curriculum oculto: trato diferenciado a mujeres y hombres por medio del
lenguaje, los gestos, el tono de la voz, la frecuencia y la duración en la
atención proporcionada a unas y a otros,
etcétera.”(Bustos, 1994)
Cada sociedad marca estas pautas de comportamiento sobre lo que un
hombre o una mujer deben ser, hacer, pensar o sentir. Esto es lo que podemos
encontrar en los roles y en los estereotipos. (Zuñiga, 1999) El Rol de género: Todo aquello que una
persona dice o hace, para indicar a los demás o así mismo el grado en que es
hombre, mujer, o ambivalente. Money, Ehrhardt (1972)
Los estereotipos son creencias estandarizadas de grupos determinados y
funcionan como esquemas de cada uno de los miembros del grupo. (García, 1994)
Los estereotipos son con frecuencia simplificaciones excesivas y
reflejan prejuicios, clisés, e ideas preconcebidas. (Lara, 1994)
Estos constituyen la identidad asignada. Pero dependerá de la forma en
que el sujeto se ajuste, de lo que le guste o no, de la forma como interpretará esos roles y los
hará suyos como los asimilará a su propia identidad, esto es lo que llamaríamos
la identidad optada. (Lagarde, 1992)
Habría que
distinguir, por otra parte, entre acto, conducta e identidad transgenérica. Un
acto transgenérico sería cualquier actividad, donde una persona se comporta o
asume características que en una sociedad y en un momento determinado se
consideran propias y/o exclusivas del otro género. Independientemente de que
haya una intención de identificarse con el otro género. Puede tratarse entonces
de actos aislados con motivaciones diversas, los actos transgenéricos son lo
que implican emplear indicadores genéricos traspuestos, uno de los principales
es el travestismo.
Podemos denominar conducta transgenérica, a un conjunto de actos
trasgenéricos continuos y frecuentes que tienden a convertirse en una pauta
habitual de comportamiento. Nuevamente aquí puede haber o no una intención o no,
de identificarse con el género imitado.
Hablaremos de una identidad trangenérica, cuando una persona ha
desarrollado un sentido de ser que le ubica en un género diferente al que las
convenciones socio temporales le asignan en el momento del nacimiento, es decir
un género traspuesto o cruzado (Weinrich,1989, Winrich, 1990; Coleman, 1990)
Al hablar de identidad transgenerica., Consideramos que la persona en
cuestión ha establecido una serie de identificaciones con los roles que en su
sociedad son considerados propios y exclusivos del otro género. Ha
internalizado estas pautas, mismas que han contribuido a formar su
personalidad. Es importante señalar que una persona puede tener elementos o
identidades parciales asociadas al otro género, sin que afecten de forma
importante el sentido de su identidad genérica nuclear o global convencional.
Por otra parte existen personas cuyo sentido de identidad global es
mayoritariamente reconocido como propio del género traspuesto, y su conducta
tiene la intención de identificarse como un miembro de tal género. Cabe señalar
también que una persona transgenérica. Puede desconocer el termino o aun
conociéndolo, puede no asumirlo como
propio y no considerarse a sí misma como
transgenérica, lo importante no obstante es que se identifica a sí misma como
una persona con un género diferente al que su sociedad le asignaría convencionalmente determinándolo
en base a la observación de los órganos
sexuales poco después del nacimiento.
Hay que
recordar que el concepto de transgénero así empleado, queda anclado en el
concepto de género, y recordando que este es subjetivo y varía de cultura a
cultura y de una época a otra. Habremos de entender que lo que puede ser un
acto o conducta trasgenérica en un lugar, puede no serlo en otro. De la misma
forma que lo que es trangenérico en un momento dado, puede no serlo en un
momento histórico diferente. (Zuñiga, 1999) Por ende, desde nuestro punto de
vista las preferencias homosexual y bisexual, no serian consideradas per se
como características transgenéricas. Puesto que damos por hecho que el
heterosexismo no es parte inherente exclusivas de nuestras concepciones
actuales de hombre u mujer. En otras palabras ni un hombre, ni una mujer, dejan
de serlo, por el hecho de no ser heterosexuales. Si bien es cierto en otras épocas tal consideración
no era considerada cierta.
Si
consideramos al transgénero, en sentido general, como un campo de estudio, nos
hablaría en primer término de la conducta de las personas transgenéricas, de lo
que sienten y como lo expresan, pero también nos hablaría de como se relacionan
con las otras personas y como reaccionan éstas últimas La existencia de
personas transgenéricas se presenta como una transgresión en un sistema donde sólo
existían dos formas de comportamiento posibles, el ser hombre y el ser mujer.
La persona trasgenérica toma elementos de ambas y los mezcla o combina en
distintas proporciones. ¿Cómo se reacciona a tales mezclas? Nos podemos
preguntar que motiva a la persona trasgenérica a quebrantar los esquemas
convencionales, pero de la misma forma podemos preguntar que motiva a la
persona convencional o monogenérica a conservarlos lo que nos llevaría a la
siguiente cuestión. ¿Cómo es que aprendemos a ser hombres y mujeres? El estudio
del transgénero nos lleva a revisar las formas en que hombres y mujeres se
comportan, se interrelacionan, como adquieren sus identidades y como perciben
al otro género, pues si hablamos del transgénero como una transgresión
tendríamos que saber que es lo que estamos transgrediendo y en que se sustenta.
El estudio del transgénero nos lleva a darnos cuenta de la forma en que caemos
en estereotipos que nos limitan. (Zúñiga,1999)
Como
podemos darnos cuenta existe una estrecha relación en la forma como un sujeto
percibe a hombres y mujeres, con la identidad que el mismo asume y en
consecuencia con la forma como conceptúa a hombres y mujeres.
Cuando los seres humanos aprenden que su categoría de hombre o mujer
depende de las distintas formas de su cuerpo llegan a suponer que todas sus diferencias dependen de estos
cuerpos y que las formas que la sociedad ha diferenciado en el hacer, ser,
sentir y pensar son naturales e inherentes a sus cuerpos (Lagarde, 1992)
Así damos por hecho, que es inherente a nuestro sistema de genero el ser
natural, patriarcal, heterosexista. Monogamo, bipolar y además incuestionable.
(Lagarde, 1992)
Las investigaciones nos muestran que pese a las creencias populares no
existe una sola forma de ser hombre, ni de ser mujer, (Alvarez-Gayou, 1998) que
estas no son categorías fijas o estáticas sino dinámicas. Y que resulta tan nocivo
para una persona el tratar de cumplir ciegamente con los estereotipos como el
tratar de transgredir los mandatos de género. (Lagarde, 1992)
Nos muestran también que nuestro sistema de géneros no es natural,
universal, ni histórico, que mas que ser un determinante biológico o rayar en
un esencialismo abstracto o metafísico
es una construcción sociocultural.
El concepto de transgenéro describe así una serie de conductas y hechos
extensos que merecen ser estudiados.
Espero que estás reflexiones sirvan para alentar a su estudio y clarificación.
Bibliografía.
ALVAREZ-GAYOU J., J.L. "Variantes de la actividad
sexual" Sexualidad humana de McCary.El Manual Moderno. México, D.
F. 1996 |
ALVAREZ-GAYOU, J. L. Tranvestismo y transexualismo Trabajo
presentado en las VI jornadas del IMESEX, A. C. México. Octubre, 1992 |
ALVAREZ-GAYOU, J.L.
"La profesionalización de la educación de la sexualidad en
México. Necesidad impostergable." Archivos hispanoaméricanos de
sexología de sexología Vol. IV, Núm. 1 IMESEX-UNAM-SMP,AC. México, 1998 |
BRADLEY, S.J.
& Zucker, K.J. "Gender Identity Disorder: A Review of the 10 Past
Years" Journal of The |
BULLOUGH, B. &
Bullough, V. "Are Travestites nenesarily heterosexual?" Archives
of Sexual Behavior, Vol. 26.
No. 1, 1997 Plenum Publishing Corporation. N.Y. U. S. A. |
BUSTOS, Olga L. "La formación del género: el impacto de
la socialización a través de la educación" Antología de la sexualidad
humana. Tomo I Conapo. Grupo editorial Miguel Angel Porrúa. Mex, 1994 |
COLEMAN, E. "Teoría
de las trasposiciones del género: Una crítica y sugerencias para
investigaciones posteriores" Revista Latinoamericana de Sexología Vol.
5 1990 No. 2 Sociedad Colombiana de Sexología, Colombia |
DENNEY, N. W. y D. Quadagno. Human Sexuality. Mosby Year Book. |
DOCTER, R. F.
& Prince, V. "Transvestism: A survey of 1032 Cross-Dresser . Archives of sexual Behavior, Vol. 26,
No. 6. 1997. Plenum Plublishing
Corporation. N.Y. |
DOCTER, R. F. Transvestites and Transexuals. Plenum
Press, Second Printing. |
GARCIA, Vicente.
"Aprendizaje social de la
conducta de género" Antología
de la sexualidad humana, Tomo II Conapo. Grupo editorial Miguel Angel
Porrúa. Mex, 1994 |
LAGARDE, Marcela "La identidad de género" Cenzontle,
OIT, OPS. Managua, 1992 |
LAGARDE, Marcela "La regulación social del
género: El género como filtro de Poder"
Antología de la sexualidad humana Tomo I Conapo. Grupo
editorial Miguel Angel Porrúa. Méx, 1994 |
MONEY, J. "El concepto de trastorno de identidad
de género en la niñez y en la adolescencia después de 37 años" Revista latinoamericana de sexología
Vol. VII. No. 3 Sociedad Colombiana de Sexología. Colombia 1992. |
MONEY,John and
Anke A. Ehrhardt Man & Woman, Boy & Girl The Johns |
SUAREZ G. J.L. Generalidades, diagnóstico de la
persona transexual y propuestas de trabajo terapéutico desde la
guestalt" Archivos hispanoaméricanos de sexología Vol. II, Núm. 2
IMESEX-UNAM-SMP,AC-UPN. México, 1996 |
WEINRICH, J.H. "El modelo de la tabla periódica
de las trasposiciones del género: parte 2. Las atracciones sexuales
pasionales (lusty) y amorosas (limerent) y la naturaleza de la
bisexualidad" Revista Latinoamericana de Sexología Vol. 5 1990 No. 1 Sociedad Colombiana de Sexología, Colombia 1990. |
WEINRICH, J.H. "El modelo de la tabla periódica
de las trasposiciones del género: parte I. Una teoría basada en la
masculinización y desfemininización del cerebro" Revista
Latinoamericana de Sexología Vol. 4 1989 No. 1 Sociedad Colombiana de Sexología, Colombia 1989. |
ZUÑIGA R., A. "La problemática de la identidad
legal de los transexuales", Memoria del primer foro de diversidad
sexual y derechos humanos (orientación sexual y expresión genérica) Nueva
generación editores. México, D.F. 1999 |
ZUÑIGA R., A. Dignidad de la pareja transgenérica.
Ponencia presentada en las IV jornadas
universitarias de derechos humanos con la temática "Derechos
humanos y cultura lesbico gay" UAM-Iztapalapa México D.F. Junio 1997 |
ZUÑIGA R., A. Transgénero paradigma heurístico
Ponencia presentada en los "Dias de transgénero" EON-IMESEX México, D.F. Feb. 1999. |
ZUÑIGA R., A. Una introducción a los estudios de
género. México, D.F. Jul 1999. No publicado. |
Comentarios
Publicar un comentario