ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO AL TERMINO “TRANSGENERO”

 

Por Alejandra Zúñiga R.

 

Ponencia presentada en El primer congreso virtual, Colombia 2000 y publicada posteriormente en la revista Terapia sexual, vol. VIII no. (1), 2005, Brasil

 

 

 

Resumen

 

 

Se analiza el significado del concepto transgénero, su origen, su utilidad, y las implicaciones del estudio del transgénero en general

 

 

El concepto “transgénero” es una palabra relativamente nueva que no encontrarán en el diccionario, por lo menos actualmente, para quien la ha escuchado ya, la palabra le puede traer a la mente imágenes de travestis,  transexuales y figuras andróginas. Pero, ¿para qué una palabra nueva para cosas que han existido desde tiempos tan remotos? Recordemos aquí que las palabras o etiquetas nos sirven para clasificar y entender mejor el mundo en que nos movemos, son herramientas, pero no fines en sí mismas. Una palabra como ésta no es eterna ni inmutable, su vigencia dependerá de su utilidad y del conocimiento que tengamos, si a la luz de nuevos descubrimientos nuestra información crece y nuestra palabra se queda ”chiquita” tendremos que cambiarla o crear toda una serie de palabras nuevas. Así por ejemplo cuando en este siglo se invento la palabra “homosexual” abarcaba muchas conductas que tenían algunos elementos en común, pero que se diferenciaban grandemente en el resto. A partir de ésta nacieron otras palabras como ”travesti” y más tarde “transexual” para designar conductas, que viéndolo con más detalle eran diferentes de la homosexualidad. La "palabrita” esta de transgénero fue inventada en la década de los 70's por Virginia Prince, un travesti, doctor en filosofía que en la década de los 60´s creó la primera revista para travestis heterosexuales y que más tarde fundaría decenas de clubes para hombres que gustaban de expresar está faceta femenina. Podemos considerarle el iniciador o iniciadora del movimiento transgenérico, aunque su preocupación estaba dirigida principalmente a los travestis heterosexuales. Sus grupos permitieron la investigación de está conducta de la que se sabía muy poco y al mismo tiempo los travestis fueron dándose cuenta que no tenían de que avergonzarse, que no estaban enfermos, ni eran pervertidos, y empezaron a luchar por sus derechos, después los transexuales también empezaron a organizarse.

Es posible que entre estos activistas se empezara a generalizar el uso de la palabra transgénero para referirse a cualquier persona que pasara de un género a otro, por lo que al hablar de transgénero se englobo con esta palabra tanto a los travestis, como a los transexuales y a cualquier otra conducta parecida o intermedia, la clave estaba en el cambio de género. Tenemos así, que la palabra “transgénero” tendría dos significados. El primero que se refiere a una conducta intermedia entre el travestismo y la transexualidad, y el segundo como un concepto general que abarca  varios tipos distintos de conducta que tienen en común el tomar elementos o conductas del otro género.





Pero vamos por partes, para que aquellos y aquellas que son “primerizos” en estos términos. En el grupo Eon utilizamos una clasificación que no es del todo precisa ni exhaustiva, pero que resulta muy práctica para brindar apoyo.


 

De acuerdo a observaciones de campo como coordinadora de salud preventiva del grupo, las personas con una conducta transgenérica, que no tenga otras motivaciones ajenas, como serían las profesionales o las requeridas por un guión, etcétera;  podemos clasificar a las personas transgenéricas en cuatro grupos básicos, mas antes debo aclarar que esta clasificación se basa principalmente en sujetos con cuerpos masculinos que pueden variar en género e independientemente de su preferencia genérica que son los o las asistentes más frecuentes a nuestras reuniones.

 

GRUPO FETICHISTA

En este primer grupo considero varones que derivan placer sexual de la observación o manipulación de prendas femeninas, pueden llegar a vestirlas, pero rara vez llegan a un travestismo completo y si este se da, no se mantiene. Los casos frecuentes se dan con un travestismo parcial que puede centrarse en la ropa interior como pantaletas, brasier, medias y pantimendias, también son muy frecuentes los fetichistas de zapatos. Su conducta transgenérica puede considerarse más bien un acto intimo ligado a su practica sexual. No hay indicios de una identidad genérica traspuesta. Es más frecuente encontrar en este grupo personas con una preferencia heterosexual o bisexual, (ginofílica o ambifílica). Particularmente no tengo conocimiento de varones con una preferencia homosexual (androfílica) que deriven placer sexual por la utilización de prendas femeninas.

 

GRUPO TRAVESTI

Aquí encontraremos personas cuyo travestismo puede varias desde el parcial que utiliza sólo algunas prendas, hasta el completo, que comprende un atuendo femenino integro. La frecuencia en el uso de la vestimenta cruzada va desde la ocasional a la frecuente sin que llegue a ser de tiempo completo. El grado en que una imagen pasable del género traspuesto es conseguida varia desde, lo que convencionalmente podemos considerar absurdo hasta lo convencionalmente convincente y atractivo. En algunos casos la práctica del travestismo conlleva la obtención de placer sexual, sin que esta sea una condición generalizable. Independientemente del logro obtenido en la obtención de una imagen convencional aceptable. El varón travestí nunca pierde de vista que es un hombre. Su presentación femenina puede ser entendida en términos de expresión de una “parte femenina” que requiere manifestar ocasionalmente, pero sin olvidar que la mayor parte de si, en términos de identidad, es masculina. Por lo que se siente a gusto con su cuerpo masculino el que muy rara ves buscaría modificar en una dirección femenina, puede llegar a fantasear en ello, pero definitivamente no dará un paso que tenga carácter más o menos permanente o irreversible. Pues la mayor parte del tiempo se siente a gusto y requiere de la expresión de un rol y una imagen convencionalmente masculinos. Un hecho que las observaciones parecen confirmar es que entre mas completo sea el travestismo y mayor la frecuencia, así como el tiempo que se pasa con una vestimenta cruzada, mayor será la proporción de identidad femenina que podamos encontrar, pero sin que esta deje de ser menor proporcionalmente en cuanto al total. La observación de campo parece confirmar el hecho de que es este grupo encontramos una mayor preferencia heterosexual (ginefilica), una menos preferencia bisexual (ambifílica) y una reducida preferencia homosexual (androfílica). De acuerdo a algunas investigaciones, con las que estamos de acuerdo, se ha observado en algunos hombres travestis que al paso de los años de una practica continua y recurrente, su sentido de identidad genérica puede cambiar y derivar en una identidad cruzada lo que haría a la persona ser transgenérica en sentido intermedio o transexual secundaria.(Docter,1990)

 

GRUPO TRANSGENERICO

Nos referimos aquí al concepto de transgénero en su sentido intermedio, esto es como un estado entre el grupo travesti anteriormente descrito y el grupo transexual. Podemos suponer que en este grupo existe una proporción igual o aproximada de identidad masculina o femenina, inclusive podemos hablar de que en algunos casos la identidad traspuesta es mayor que la identidad convencionalmente asignada. Yo subdividiría este grupo en transgenéricos de tiempo completo, aquellos que se desempeñan tiempo completo en el rol traspuesto, es decir aquellos o aquellas que viven como mujeres. trasgenéricos alternantes, aquellos que oscilan de la expresión de un rol a otro, de forma frecuente o por periodos más o menos largos de uno a otro. Y finalmente transgenéricos mezclados, aquellos que han combinado o mezclado los elementos de ambas identidades de tal forma que el resultado final es diluida de ambas, la mezcla puede variar en proporción, pero en general los elementos de ambos roles son integrados y expresados.

Una condición que es posible encontrar en los transgenéricos alternantes es el llamado bigénero, en la cual, la persona puede alternar su expresión genérica de masculino a femenino y viceversa de tal forma que podemos decir que existe una identidad consolidada clara y bien definida para cada parte de la identidad total, es decir, una identidad masculina y una identidad femenina, que son expresadas a través de sus roles respectivos sin que se mezclen. Cabe aclarar que podemos entender esto como una doble identidad, mas no así como una doble personalidad, pues podemos decir que existen partes compartidas de estas identidades lo que consideraríamos una identidad  o enlace nuclear que no desaparece en ningún momento.

En algunas de las personas del grupo transgenérico es común encontrar en uso de tratamientos  cosméticos, hormonales o quirúrgicos estéticos con  vías a obtener una imagen corporal más femenina, pero sin que se busque una reasignación quirúrgica de los órganos sexuales, es decir buscan modificar su cuerpo, pero manteniendo sus órganos sexuales. Aquí podemos encontrar cualquier preferencia genérica, incluso autoginefilicos, es decir aquellos o aquellas que sólo expresen atracción por sí mismos en su imagen femenina.

 

 

GRUPO TRANSEXUAL

En este grupo encontramos personas cuya identidad es traspuesta o cruzada, es decir, una persona que experimenta molestia o desagrado (discordancia) con el cuerpo que tiene, si éste no coincide con su identidad, es decir con su ser mujer o ser hombre, por lo que busca modificar su cuerpo para que se adecue a su identidad, particularmente sus órganos sexuales. Aquí encontramos dos subgrupos. Los y las llamadas transexuales primarias, que son aquellos que desde que tuvieron uso de razón y adquirieron una identidad genérica, ésta fue una identidad traspuesta, por lo que podemos considerar que su identidad mayor fue la femenina en el caso de las mujeres transexuales MèF (considerando la biología de masculino a femenino). Usualmente esta identidad se adquiere entre los tres y cuatro años de edad tal vez más tarde, pero rara vez después de los diez años

Por otra parte, encontramos a las transexuales secundarias, que son aquellas cuya identidad traspuesta se fue consolidando al paso de los años, posiblemente en la adolescencia o después de ella.

En el grupo transexual encontraremos una aversión por los órganos sexuales propios cuando estos no coinciden con la identidad de la persona, este sentimiento tiende a ser más pronunciado en las transexuales  primarias.

Cabe aclarar, que lo que conceptualmente hace a una persona transexual, no es el que se reasigne o no los órganos sexuales, sino el deseo de hacerlo y adecuar su cuerpo a su identidad. Algunos autores hablan de transexuales pre o post operados o incluso de no operables.

 

Hay que aclarar también que el término “Transgénero” es todavía un término informal que no ha sido totalmente aceptado en los círculos médicos y científicos; y que entre los activistas en los distintos países el significado puede variar, pues no existe un acuerdo universal. Como se darán cuenta esto crea muchas confusiones en un tema de por sí complejo, pero mientras no estudiemos más, inventemos palabras nuevas y nos pongamos de acuerdo habrá que hacer numerosas aclaraciones cada vez que se mencione la dichosa “palabrita”.

 

Aquí, tendremos que hacer una pausa para aclarar que es eso del género y de la identidad genérica. Hablemos del ser humano como un ser biopsicosocial, es decir, biológico, psicológico y social. Cuando una persona nace, lo hace con determinadas características físicas y biológicas, algunas de éstas que le permitirán cuando crezca y si así lo desea participar en la reproducción, podemos llamarle sexo a estas características que nos dividen en seres “fecundadores”  y “gestadores” o machos y hembras para ser más convencionales. Un pene, o una vulva, quizás sean los rasgos más claros de esta diferencia, pero sabemos que también hay órganos internos, que pueden ser testículos u ovarios, además de hormonas, cromosomas, genes, y diferencias a nivel cerebral, todo esto forma el sexo no sólo los órganos externos. Pero son estos órganos externos los que se observan en el nacimiento para saber si el nuevo ser es un macho o una hembra. Esto es importante porque nuestras costumbres sociales y culturales nos indican que los hombres son distintos de las mujeres y deben comportarse de forma distinta, así empezamos a enseñar a este nuevo ser que los niños visten de azul y las niñas de rosa, al menos en nuestra sociedad; le daremos un nombre diferente, tenemos nombres masculinos y femeninos y le iremos enseñando la forma en que la sociedad, nosotras y nosotros, esperamos, que se comporte de acuerdo a su sexo, a estas costumbres y comportamientos diferentes les podemos llamar “rol” y sería la parte social, pero hasta aquí que quede claro que nacemos con un “sexo” determinado, pero vamos aprendiendo poco a poco nuestro rol. El nuevo ser va aprendiendo todo esto y lo va reconociendo como suyo, de tal forma que en algún momento podrá identificarse como “soy un niño” o “soy niña” y se da cuenta que en el mundo hay papás y mamás, señores y señoras, hombres y mujeres, esta identidad representa el aspecto psicológico, es decir, cuando establece una igualdad o de otra manera, yo soy igual a estos o a estas, decimos que se ha identificado y que tiene una identidad.

Cuando conjuntamos los aspectos sociales con los psicológicos, obtenemos lo que podemos llamar género. ¿Entonces es lo mismo hablar de sexo que de género? La respuesta es no, porque quedamos que el sexo es biológico nacemos con él y nos diferencia en machos y hembras, pero al género lo vamos aprendiendo, aprendemos a ser hombres y mujeres y esto se va volviendo parte de nuestra identidad.

 


Así pues la identidad genérica vendría del reconocimiento que la misma persona haga de sí se percibe o identifica como hombre o como mujer. Así pues las conductas que hemos designado como transgenéricas en sentido general tendrían que ver con esa percepción y de la combinación que se hace de los roles, independientemente de la preferencia u orientación de la persona.

 

 

Este aprendizaje en su mayor parte es tácito, pues el sujeto muchas veces no tiene conciencia de las reglas y relaciones que esta aprendiendo a seguir.

“Las personas suponen que ser mujer o ser hombre, los derechos y los deberes de hombres y mujeres, y lo que ocurre entre ambos, sobre todo en la vida privada e individual, son espontáneos, naturales, o que están regidos por el destino, los astros o la suerte. Creen que nada de esto tiene relación con la economía, el orden social, ni con el orden político” (Lagarde, 1994)

“La mayoría de las veces, de forma solapada o con la seguridad de que aquello que por considerarse evidente, no necesita siquiera ser mencionado ni mucho menos explicado. Las actitudes, los implícitos, los gestos, actúan de la misma manera que la propaganda subliminal, usada a veces de manera subrepticia en el cine y la televisión, emitiendo mensajes de los que no somos conscientes, pero que son mucho más eficaces que los explicitados y  tienen la ventaja de que no necesitan ser razonados ni justificados.

En este sentido, maestros y maestras están contribuyendo, en cualquiera de los niveles educativos, a fomentar y reforzar la diferenciación de roles femeninos y masculinos; esta situación se da a través de lo que se conoce como curriculum oculto: trato diferenciado a mujeres y hombres por medio del lenguaje, los gestos, el tono de la voz, la frecuencia y la duración en la atención proporcionada a unas y  a otros, etcétera.”(Bustos, 1994)

 

Cada sociedad marca estas pautas de comportamiento sobre lo que un hombre o una mujer deben ser, hacer, pensar o sentir. Esto es lo que podemos encontrar en los roles y en los estereotipos. (Zuñiga, 1999)  El Rol de género: Todo aquello que una persona dice o hace, para indicar a los demás o así mismo el grado en que es hombre, mujer, o ambivalente. Money, Ehrhardt (1972)

Los estereotipos son creencias estandarizadas de grupos determinados y funcionan como esquemas de cada uno de los miembros del grupo. (García, 1994)

Los estereotipos son con frecuencia simplificaciones excesivas y reflejan prejuicios, clisés, e ideas preconcebidas. (Lara, 1994)

Estos constituyen la identidad asignada. Pero dependerá de la forma en que el sujeto se ajuste, de lo que le guste o no,  de la forma como interpretará esos roles y los hará suyos como los asimilará a su propia identidad, esto es lo que llamaríamos la identidad optada. (Lagarde, 1992)

 

Habría que distinguir, por otra parte, entre acto, conducta e identidad transgenérica. Un acto transgenérico sería cualquier actividad, donde una persona se comporta o asume características que en una sociedad y en un momento determinado se consideran propias y/o exclusivas del otro género. Independientemente de que haya una intención de identificarse con el otro género. Puede tratarse entonces de actos aislados con motivaciones diversas, los actos transgenéricos son lo que implican emplear indicadores genéricos traspuestos, uno de los principales es el travestismo.

Podemos denominar conducta transgenérica, a un conjunto de actos trasgenéricos continuos y frecuentes que tienden a convertirse en una pauta habitual de comportamiento. Nuevamente aquí puede haber o no una intención o no, de identificarse con el género imitado.

 

 

Hablaremos de una identidad trangenérica, cuando una persona ha desarrollado un sentido de ser que le ubica en un género diferente al que las convenciones socio temporales le asignan en el momento del nacimiento, es decir un género traspuesto o cruzado (Weinrich,1989, Winrich, 1990; Coleman, 1990)

Al hablar de identidad transgenerica., Consideramos que la persona en cuestión ha establecido una serie de identificaciones con los roles que en su sociedad son considerados propios y exclusivos del otro género. Ha internalizado estas pautas, mismas que han contribuido a formar su personalidad. Es importante señalar que una persona puede tener elementos o identidades parciales asociadas al otro género, sin que afecten de forma importante el sentido de su identidad genérica nuclear o global convencional. Por otra parte existen personas cuyo sentido de identidad global es mayoritariamente reconocido como propio del género traspuesto, y su conducta tiene la intención de identificarse como un miembro de tal género. Cabe señalar también que una persona transgenérica. Puede desconocer el termino o aun conociéndolo, puede no  asumirlo como propio  y no considerarse a sí misma como transgenérica, lo importante no obstante es que se identifica a sí misma como una persona con un género diferente al que su sociedad  le asignaría convencionalmente determinándolo en base a  la observación de los órganos sexuales poco después del nacimiento.

Hay que recordar que el concepto de transgénero así empleado, queda anclado en el concepto de género, y recordando que este es subjetivo y varía de cultura a cultura y de una época a otra. Habremos de entender que lo que puede ser un acto o conducta trasgenérica en un lugar, puede no serlo en otro. De la misma forma que lo que es trangenérico en un momento dado, puede no serlo en un momento histórico diferente. (Zuñiga, 1999) Por ende, desde nuestro punto de vista las preferencias homosexual y bisexual, no serian consideradas per se como características transgenéricas. Puesto que damos por hecho que el heterosexismo no es parte inherente exclusivas de nuestras concepciones actuales de hombre u mujer. En otras palabras ni un hombre, ni una mujer, dejan de serlo, por el hecho de no ser heterosexuales.  Si bien es cierto en otras épocas tal consideración no era considerada cierta.

 

Si consideramos al transgénero, en sentido general, como un campo de estudio, nos hablaría en primer término de la conducta de las personas transgenéricas, de lo que sienten y como lo expresan, pero también nos hablaría de como se relacionan con las otras personas y como reaccionan éstas últimas La existencia de personas transgenéricas se presenta como una transgresión en un sistema donde sólo existían dos formas de comportamiento posibles, el ser hombre y el ser mujer. La persona trasgenérica toma elementos de ambas y los mezcla o combina en distintas proporciones. ¿Cómo se reacciona a tales mezclas? Nos podemos preguntar que motiva a la persona trasgenérica a quebrantar los esquemas convencionales, pero de la misma forma podemos preguntar que motiva a la persona convencional o monogenérica a conservarlos lo que nos llevaría a la siguiente cuestión. ¿Cómo es que aprendemos a ser hombres y mujeres? El estudio del transgénero nos lleva a revisar las formas en que hombres y mujeres se comportan, se interrelacionan, como adquieren sus identidades y como perciben al otro género, pues si hablamos del transgénero como una transgresión tendríamos que saber que es lo que estamos transgrediendo y en que se sustenta. El estudio del transgénero nos lleva a darnos cuenta de la forma en que caemos en estereotipos que nos limitan. (Zúñiga,1999)

 

Como podemos darnos cuenta existe una estrecha relación en la forma como un sujeto percibe a hombres y mujeres, con la identidad que el mismo asume y en consecuencia con la forma como conceptúa a hombres y mujeres.

 

Cuando los seres humanos aprenden que su categoría de hombre o mujer depende de las distintas formas de su cuerpo llegan a suponer  que todas sus diferencias dependen de estos cuerpos y que las formas que la sociedad ha diferenciado en el hacer, ser, sentir y pensar son naturales e inherentes a sus cuerpos (Lagarde, 1992)

 

 

Así damos por hecho, que es inherente a nuestro sistema de genero el ser natural, patriarcal, heterosexista. Monogamo, bipolar y además incuestionable. (Lagarde, 1992)

 

 

Las investigaciones nos muestran que pese a las creencias populares no existe una sola forma de ser hombre, ni de ser mujer, (Alvarez-Gayou, 1998) que estas no son categorías fijas o estáticas sino dinámicas. Y que resulta tan nocivo para una persona el tratar de cumplir ciegamente con los estereotipos como el tratar de transgredir los mandatos de género. (Lagarde, 1992)

 

 

Nos muestran también que nuestro sistema de géneros no es natural, universal, ni histórico, que mas que ser un determinante biológico o rayar en un esencialismo  abstracto o metafísico es una construcción sociocultural.

 

El concepto de transgenéro describe así una serie de conductas y hechos extensos  que merecen ser estudiados. Espero que estás reflexiones sirvan para alentar a su estudio y clarificación.

 

 

 

 

 

 

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