APOYO Y ATENCIÓN PARA PERSONAS TRANGENÉRICAS
EN
EL GRUPO EON; ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA.
Por Psic. y Sex. Alejandra Zúñiga R.
Esto
es historia antigua para quien pueda interesarle. Escrito en mayo del 2003.
Actualmente en
México, existe una desinformación respecto a la condición transgenérica, tanto
por profesionales de la salud, como por parte del público en general. Hay unas
pocas instituciones sexológicas que atienden a personas transgenéricas, pero en
general no existen instituciones u organismos formales que den atención
“especializada” a las necesidades específicas de las personas transgenéricas. Hasta hace apenas seis años se empezaron a
formar las primeras organizaciones no gubernamentales para tratar de cubrir
esta demanda. Estos grupos ofrecen diversos servicios como son: información,
orientación, espacios reflexivos y de expresión, y en algunos casos
terapéuticos.
Mi principal interés
a lo largo de seis años de trabajo con personas transgenéricas ha sido explicar
en términos descriptivos que es el transgénero y ofrecer una guía de como
proporcionar ayuda a personas transgenéricas en mi país.
Para lograr tal
propósito, me he basado en la literatura sobre el tema y en mi experiencia en
el grupo: “Eon, inteligencia transgenérica”. Nombrado así en honor al célebre
Caballero de Eon. Este fue un grupo de apoyo y activismo en beneficio de las
personas transgenéricas. Se constituyó como el primero de su tipo en México y
gracias a su labor se consiguió la utilización del término transgénero en
nuestro país y una mayor visibilidad; y presencia de esta parte de la población
en los discursos de la diversidad sexual. (Zúñiga, 2003).
A partir de mi
trabajo y participación en el grupo, como integrante y como psicóloga; y con la
retroalimentación de mis compañeras desarrollé una forma de trabajo para llevar
a cabo el apoyo y orientación de las personas transgenéricas misma que expongo
más adelante, sin embargo he de aclarar, que tal forma de trabajo implica la
construcción de un discurso y la estructuración y ordenamiento de los
contenidos en torno al transgénero, parte de esta estructura está en los
conceptos básicos como sexo, género, orientación sexual, e identidad; y en una
clasificación que presento más adelante.
El grupo se
constituyó como un grupo de apoyo y reflexión sin ser un grupo propiamente
terapéutico, por personas transgenéricas, para personas transgenéricas en 1996.
Se sesionaba cada 15 días en reuniones que duraban de dos a cuatro horas. En
otras ocasiones nos reuníamos informalmente en casa de una servidora o en
alguna, de las otras compañeras.
El grupo funcionó con
tres tareas fundamentales.
Propiciar el
crecimiento personal.
Mediante la información científica
actualizada, conseguir la autoaceptación transgenérica de las integrantes,
eliminando miedo y sentimientos de culpa. Así como proporcionar espacios y
momentos para la expresión transgenérica en un ambiente de confianza y respeto.
Contribuir a la
desatanización de las conductas transgenéricas.
Difundiendo
información verídica acerca de cómo son las personas transgenéricas más allá de
los falsos estereotipos promovidos por la prensa amarillista.
Contribuir a mejorar
las condiciones sociales de las personas transgenéricas.
La idea era ofrecer
un servicio integral procurando la autoaceptación, informando y concientizando
a los integrantes en transgénero, derechos humanos, estética, salud preventiva,
aspectos legales, etcétera; Así como ofrecer un espacio físico.
Este método de
atención fue pasando de un modelo clínico a un modelo cada vez más humanista.
Donde lo importante, ya no eran los diagnósticos sino las vivencias en el aquí
y el ahora. Este método consta de tres pasos.
Detección de
necesidades.
Tal detección de necesidades,
se hacía a partir de las entrevistas en las reuniones.
Informar y
concientizar entre iguales con oportunidades para la expresión transgenérica en
un ambiente de respeto.
Consejería y/o apoyo
formal o informal en la satisfacción de necesidades.
Esta podía darse
entre los y las mismas asistente al grupo, o por parte de las personas a cargo,
o por el o la profesional en calidad de consejero o consejera ya sea en los
espacios de trabajo del grupo, durante las sesiones de trabajo o en los tiempos
previos o posteriores al encuentro de trabajo, así como en reuniones de convivencia.
El eje de trabajo en
el caso de las personas travestis, se daba en torno a la deconstrucción de las
culpas. En el caso de las personas transexuales el eje de trabajo está en la
autoaceptación, la expresión social del género elegido y sobre todo el proceso
de acompañamiento. En el caso de las personas transgenéricas el eje sería una
mezcla de los dos anteriores, bajo el rubro de opciones y posibilidades.
Con fines didácticos
y expositivos desarrollé una tabla que esquematiza las categorías de las
personas transgenéricas que acuden a las reuniones del grupo, está basada en
transgéneros de masculino a femenino, que son los que más acudían al grupo.
Aclaro que tal tabla no pretende ser exhaustiva, ni definitiva y puede no ser
del todo precisa para propósitos de investigación, al basarse en buena medida
en el sentido de identidad que subjetivamente las personas reporten, más me ha
resultado muy práctica para proporcionar ayuda y platicas expositivas. Y aunque
no podría aventurar generalizarla indiscriminadamente a otras personas
transgenéricas, hasta ahora parece adecuarse bastante bien a la información y
la considero más útil que una tipología basada en la preferencia. (Zúñiga, 1999, 2000).
FETICHISTA |
TRASVESTI |
TRANSGENERICO |
TRANSEXUAL |
Sé que las
clasificaciones y tipologías son tema álgido en congresos como este y ya que mi
interés en este momento no es entrar en detalle sobre está tabla, sino dar una
visión panorámica de mi trabajo en los últimos seis años. Dejo a los
interesados e interesadas mi correo electrónico si quisieran conocer más sobre
esta modesta clasificación y continuo con otros puntos.
En esta ponencia, lo
mismo que en mi trabajo he concedido un papel relevante al término trasgénero e
incluso lo he primado sobre otra terminología usada por la A.P.A y
por la HBIGDA,
(Blanchard, 1985, 1989; Bullough, 2000; DSM-III-R, 1988; DSM-IV, 1995; Docter,
1990; O´Keefe, 1999) explicó mis razones.
Como sabemos, el término
transgénero fue acuñado en la década de los 70's por Virginia Prince. (Bullough
& Bullough, 1997; Docter, 1990) En la actualidad encuentro que la palabra
“transgénero” tendría dos significados. El primero que se refiere a una
conducta intermedia entre el travestismo y la transexualidad, y el segundo como
un concepto general que abarca varios
tipos distintos de conducta que tienen en común el tomar elementos o conductas
del otro género.
Una de las preguntas que me surgió
al tratar de explicar este término a mis compañeras fue ¿Qué es y que no es
“Transgénero”? Para ello, con el tiempo llegué a la distinción entre acto,
conducta e identidad transgenérica.
Un acto transgenérico
sería cualquier actividad, donde una persona se comporta o asume
características que en una sociedad y en un momento determinado se consideran
propias y/o exclusivas del otro género. Independientemente de que haya una
intensión de identificarse con el otro género. Puede tratarse entonces de actos
aislados con motivaciones diversas, los actos transgenéricos son lo que
implican emplear indicadores genéricos traspuestos, uno de los principales es
el travestismo.
Podemos denominar conducta
transgenérica, a un conjunto de actos trasgenéricos continuos y frecuentes que
tienden a convertirse en una pauta habitual de comportamiento. Nuevamente aquí
puede haber o no una intención o no, de identificarse con el género imitado.
Hablaremos de una identidad
trangenérica, cuando una persona ha desarrollado un sentido de ser que le ubica
en un género diferente al que las convenciones socio temporales le asignan en
el momento del nacimiento, es decir un género traspuesto o cruzado.
Al hablar de
identidad transgenérica., Consideramos que la persona en cuestión ha
establecido una serie de identificaciones con los roles que en su sociedad son
considerados propios y exclusivos del otro género. Ha internalizado estas
pautas, mismas que han contribuido a formar su personalidad. Es importante
señalar que una persona puede tener elementos o identidades parciales asociadas
al otro género, sin que afecten de forma importante el sentido de su identidad
genérica nuclear o global convencional. Por otra parte existen personas cuyo
sentido de identidad global es mayoritariamente reconocido como propio del género
traspuesto, y su conducta tiene la intensión de identificarse como un miembro
de tal género. Cabe señalar también que una persona transgenérica. Puede
desconocer el término o aun conociéndolo, puede no asumirlo como propio y no
considerarse a sí misma como transgenérica, lo importante no obstante es que se
identifica a sí misma como una persona con un género diferente al que su
sociedad le asignaría convencionalmente
determinándolo en base a la observación
de los órganos sexuales poco después del nacimiento. (Zúñiga, 2000)
Esta distinción me ha
permitido aclarar mucho mi entendimiento y hacer una serie de planteamientos
respecto al transgénero como paradigma heurístico en cuanto a hacer un trabajo
reflexivo sobre el género y de investigación en cuanto a las posibilidades de
las condiciones de género y de transgénero.
.
Si consideramos al transgénero, en
sentido general, como un campo de estudio, nos hablaría en primer término de la
conducta de las personas transgenéricas, de lo que sienten y como lo expresan,
pero también nos hablaría de cómo se relacionan con las otras personas y cómo
reaccionan éstas últimas La existencia de personas transgenéricas se presenta
como una transgresión en un sistema donde solo existían dos formas de
comportamiento posibles, el ser hombre y el ser mujer. La persona trasgenérica
toma elementos de ambas y los mezcla o combina en distintas proporciones. ¿Cómo
se reacciona a tales mezclas? Nos podemos preguntar que motiva a la persona
trasgenérica a quebrantar los esquemas convencionales, pero de la misma forma
podemos preguntar que motiva a la persona convencional o monogenérica a
conservarlos lo que nos llevaría a la siguiente cuestión. ¿Cómo es que
aprendemos a ser hombres y mujeres? El estudio del transgénero nos lleva a
revisar las formas en que hombres y mujeres se comportan, se interrelacionan,
como adquieren sus identidades y cómo perciben al otro género, pues si hablamos
del transgénero como una transgresión tendríamos que saber qué es lo que
estamos transgrediendo, en que se sustenta tal transgresión y revisar las
formas como nos relacionamos inter e intra géneros. El estudio del transgénero
nos lleva a darnos cuenta de la forma en que caemos en estereotipos que nos
limitan. (Zúñiga,1999)
Se puede argumentar
que el transgénero es una construcción artificial y que de hecho no existe,
pero eso nos lleva al hecho de que el transgénero alude al género y resulta
entonces que bajo esa visión el género resulta tan artificial e inexistente
como el transgénero. Esto es algo que ya ha sido señalado por algunas(os)
autoras(es) feministas y por los estudios de género. Se cuestiona la
inmutabilidad y estaticidad de la constancia genérica. El transgénero, entonces
se vuelve más que una descripción de conductas o de factores subjetivos, se
constituye en un paradigma heurístico que revisa, cuestiona y confronta,
plantea nuevas formas de ver las cosas y de construir nuestras identidades y
las formas en que consideramos nuestras sociedades
Otra de las razones
para optar por el término “transgénero” en vez de algún término clínico es el
considerarlo como una condición humana ausente de patología per se.
Aunque los estándares
para el cuidado de los desórdenes de género en su sexta versión (HBIGDA, 2001)
explican que dadas las características de “desventajas adaptativas para la
persona que causan sufrimiento mental y emocional” que presenta tal condición;
se les sigue considerando un trastorno y que ello no debe ser pretexto para
estigmatización quisiera señalar lo siguiente.
Me parece evidente
que la mayoría de las conductas transgenéricas causan desventajas adaptativas y
sufrimientos emocionales a la mayoría de las personas que tienen esta
condición. El punto en cuestión es, si estas desventajas y sufrimientos por sí
mismos son inherentes a la condición transgenérica o son el resultado de
reacciones prejuiciosas, discriminativas y hostiles por parte de nuestras
sociedades. En lo personal me inclino por la segunda opción, la mayoría de los
conflictos de las personas transgenéricas vienen de los conflictos con otras
personas, sus seres queridos y sus propias fantasías catastróficas acerca de
rechazos reales o imaginarios. Cuando estas personas se encuentran con un clima
respetuoso y empático que les permita trabajar sus miedos y sentimientos de
culpa por no cumplir los mandatos convencionales ven reducidos en buena medida
sus conflictos y desadaptaciones.
Sé, como lo mencionan
los mismos estándares, que usar un diagnóstico formal puede ofrecer alivio y
proporcionar cobertura de seguro de salud, esto por supuesto en otros países
como Canadá, EEUU, o algunos países de Europa. Lamentablemente en países
latinoamericanos como México la atención por parte de los servicios de salud
del estado o por seguros médicos no contempla a las personas transgenéricas o
“con disforia de género”. Veamos así que existe una ventaja económica e
institucional de considerar estas condiciones como enfermedades, (en otros
países) la desventaja (en México) es que aunque los estándares advierten sobre
la no estigmatización, lograr esto en un país como el nuestro es difícil, pues
incluso, en algunas ocasiones, las mismas personas transgenéricas acaban por
autoestigmatizarse como personas enfermas, dignas de lástima o compasión en
busca de una cura, lo que complica su proceso de acompañamiento. Y por supuesto
existen grandes prejuicios y discriminación.
En lo personal
considero que si bien puede haber estados de enfermedad concomitantes con algunas
condiciones transgenéricas, o en algunas personas transgenéricas; las
condiciones transgenéricas en sí mismas no son una enfermedad. Desde este punto
de vista considero más útil utilizar el término transgénero en sus dos
acepciones que el término disforia de género.
El grupo operó
siempre de forma altruista, gratuita y voluntaria En 2002 el grupo tuvo que dar
por concluidas sus actividades, dado que las condiciones en las cuales surgió
cambiaron y no hubo posibilidad de darle continuidad. Sin embargo, y por
fortuna su trabajo dejó huella y por otra parte, siguen surgiendo más y nuevas
propuestas de atención para personas transgenéricas.
Se considera que en
seis años de trabajo se dio atención a un total de 250 personas transgenéricas.
Se dio seguimiento a 62 personas o fueron canalizadas a otras instituciones. Se
le dio información a un aproximado de 4,200 personas entre organizaciones
lésbico-gay, sexólogos, educadores y público en general.
Agradezco a todos y
todas ustedes el haberme permitido compartir algunos comentarios sobre esta
experiencia pionera en mi país, en la esperanza de que lo mismo que a mí, les
haya dejado alguna reflexión interesante e ideas para desarrollos posteriores.
En 2003, mi asesora de tesis de licenciatura, la maestra Selma Serratos Serratos viajaría a un Congreso de la entonces Harry Benjamin International Gender Disforia Asociation HBIGDA, Asociación Internacional de disforia de Género Harry Benjamin. Por lo que me pidió una ponencia resumen de lo que había sido mi trabajo de tesis. Con la posibilidad de que en algún momento se le pudiera dar lectura en el Congreso. Para ese entonces, yo todavía estaba tronadísima, mi relación de pareja tenía poco de haber terminado, había perdido casa e hija, y ya enfrentaba un prologando y amargo desempleo. Así es que con sentimientos encontrados, escribí la ponencia, se la entregué y me desentendí del asunto.
Menciono también el DSM IV de la APA. El DSM V, saldría hasta el 18 de mayo del 2013
Y no utilizo el término cisgénero, que si bien se acuño en la década de los 90´s, no se populizaría sino hasta el 2007.
¿Y los “no binarios”?... Esos empezarían a mencionarse en el 2013
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ZÚÑIGA R. A. (2003) Apoyo y
atención para personas transgenéricas en el Grupo Eon, Inteligencia
transgenérica; entre la teoría y la práctica. Tesis de licenciatura UNAM.
México. D.F. |
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