¿CÓMO FUE QUE ME DI CUENTA QUE ME GUSTABA EL BDSM?
Por Evaith Horizont
¿Cómo fue que me di cuenta que me gustaba el BDSM? Pregunta difícil por que no podría señalar un sólo momento puntual, pero intento responder, mi acercamiento al BDSM viene primeramente desde la feminización forzada. Y supongo que se funde con mi génesis transgénero.
Tendría unos 3 ó 4 años y recuerdo que ya tenía fantasías o ensoñaciones, que desde mi visión actual podrían considerarse de feminización forzada. Esas fantasías crecieron y evolucionaron conmigo conforme crecía. Por ahí de los 18 años parecieron desaparecer, mientras afloraba mi lado megalomaniaco e idealista.
Como a los 30 años de forma más o menos fortuita, comencé a escribir mi primera novela, “El Aprendiz”, una novela de feminización forzada en contexto de espada y hechicería, donde sin tenerlo del todo claro fui plasmando escenas de “dominación femenina”, y “juego psicológico”.
En el 2000, cuando estaba en mi formación como sexóloga, tuve un “rebrote” de mis fantasías de infancia cuando descubrí que existía en lengua inglesa, todo un subgénero literario sobre la feminización forzada, y yo que pensaba que era la única con tal tipo de fantasías, que ingenua.
En esa temporada aproximadamente tuve ocasión de escuchar, de segunda mano, acerca de las prácticas BDSM de uno de los dirigentes de la incipiente, comunidad Leather en México, el ya finado, Carlos Cevallos, conocido como el “Chiquileather”.
Yo no tuve oportunidad de platicar directamente con él, pero lo que me comentaron mis amistades que le conocieron, me pareció fantástico, así me enteré de lo que era el “after care” y de la “dominación psicológica”, “de los juegos de poder” así como otras generalidades de las prácticas BDSM.
¿Cómo fue mi primer acercamiento a las
prácticas BDSM? Como en el 2004 tuve mis primeros acercamientos al grupo de
BDSM que se reunía en el Centro Cultural de
Y también asistí a mi primera fiesta BDSM, aunque sólo fui a ver, me asustaba demasiado lo que llevaba dentro. No tanto lo que vi en la fiesta. Para cuando tenía 41 años, quizás como resultado, de ejercicios de renacimiento y bionémica que hice durante mi formación como sexóloga, de mis prácticas “meditativas”, y de “exploración filosófica personal” tuve el encuentro con mi “herencia sissy” y a partir de entonces comencé su exploración.
Tuve algunas
ayudas de un par de amigas, ambas terapeutas, para explorar algunos aspectos
pero mi búsqueda excedía los marcos terapéuticos y de amistad y mis amigas no
pudieron ayudarme más. Y bueno, creo que ya me extendí demasiado, ahí lo dejo.
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