Diez cosas que casi nadie sabe de mí.
Por Evaith Horizont Escrito el 30 de julio del 2015
Me parece que pocas personas me conocen, pero esas pocas que
me conocen, saben todo acerca de mí, al menos, lo que hay que saber, ji ji ji.
Así es que para quien me conoce, en realidad no hay mucho nuevo que pueda contarle
que no sepa ya, y para quien me conoce poco, posiblemente todo le resulte
nuevo.
1. Entre otras cosas, en la actualidad, me defino
como mujer “Dos espíritus”, que es la forma en que los nativos norteamericanos,
denominan actualmente a quien tiene tanto características femeninas, como
masculinas, y que tradicionalmente se considera un(a) mensajera(o) entre el
mundo de los espíritus y lo que llamamos “realidad”. Los estudiosos europeos
les llamaban, Berdaches. Al parecer, tengo ascendencia de la tribu Kikapoo. La
etiqueta de mujer transgénero me ha quedado chica.
2. Los últimos cinco años, he vivido,
principalmente de las clases de Reiki que doy. Vivo al día, y en buena medida,
gracias a la asistencia de una amistad, que me permite vivir en su casa. No me
he quedado sin comer, pero por ahora no puedo costear una renta y para fines
prácticos, estoy subempleada.
3. Profesionalmente, muy frustrada. Mi padre y
madre, personas sencillas de provincia y con pocos estudios, costearon mi
educación básica y me compartieron el ideal de su generación, que la educación
me abriría puertas y me pondría el mundo en mis manos en bandeja de plata… En
la actualidad, tengo una maestría en sexología educativa, sensibilización y
manejo de grupos. Una maestría en Reiki, una licenciatura en psicología clínica,
un diplomado en terapia familiar sistémica. Y con todo, a mis 49 años, estoy desempleada,
viviendo al día, y me pesa decirlo, en la pobreza. Pareciera que el
conocimiento en vez de ser la llave maestra que abre puertas, se me ha convertido
en el lastre que voy arrastrando por la vida. Para la mayoría de trabajos de
empleada, estoy sobrecalificada, y no abundan las plazas en mis áreas de
especialización. Sí sé que tengo que encontrarme una nueva ocupación y oficio,
pero es algo con lo que voy lenta. Y eso de ser emprendedora… tampoco se me ha
dado muy bien. A pesar de que leí un par de libros sobre el tema, e incluso y
paradójicamente, impartí la materia de “Emprendedores” en una Universidad.
4. Hace algunos años, quise hacer un doctorado en
la UNAM. Hice los trámites, mi promedio de licenciatura fue de 10.00, mi
lectura de comprensión del inglés es al 90%. Concedo que mi propuesta de
proyecto era susceptible de mejora, pero la idea del mismo doctorado era esa,
mejorar el desarrollo de los proyectos de investigación. Mi solicitud fue
rechazada… No puedo quitarme de la cabeza que fue discriminación por mi
transgénero. En ese tiempo mis documentos aún estaban a mi nombre masculino…
Fue duro, fue muy duro… Recién había terminado la que ha sido mi única relación
de pareja, una relación de seis años, me había quedado, sin pareja, sin casa,
sin hija, sin amistades, subempleada, y tratando de reponerme y vivir al día.
Podría haberlo peleado y luchar por ello, pero eso hubiera implicado tiempo, dinero
y energías, que en ese momento no tenía, estaba muy tronada. Y aun, de haber
ganado, no quería echarme un nido de alacranes a la espalda… Hoy en día, me
encuentro retirada y muy desencantada del mundo académico, que me recuerda en
mucho a las mafias, los tráficos de poder y las investigaciones por trámite, de
baja calidad.
5. Ya me estoy deprimiendo… Por eso no me gusta hacer este tipo de juegos… (Malvada Hadwiza Nox) Cambiaré el tono. No me gusta la vida que vivo, pero mis esfuerzos hasta el momento me han resultado inútiles para cambiarla… Así que me esfuerzo todos los días para mantenerme en pensamiento positivo… Me gusta andar en bicicleta. En mi infancia, nunca tuve una. Padre y Madre se traumaron por un niño que atropellaron en su bicicleta a la vuelta de casa, y consideraron que era muy peligroso. En 2009, con la ayuda económica que me dieron por mi servicio social como secretaria, me compré mi primera bicicleta. La “sissicleta” me encantaba y me hizo muy feliz, era una bicicleta rodada 26, estilo californiano, llantas de cara blanca, con canastita y reja. En un precioso color rosa, tomando en cuenta que no viví una infancia como niña, tal vez puedan entender porque mi fascinación con el color rosa. Desgraciadamente en abril de este año, la sissicleta me fue robada, de Eje central, donde la dejé encadenada. L
6. Al enterarse del robo, uno de mis alumnos de
Reiki, me regaló el cuadro de una bicicleta que iba a desechar. Con las
refacciones necesarias, reconstruí mi bicicleta actual, la “maravilla verde”. Es
mi medio de transporte actual.
7. En dos ocasiones, he trabajado en línea
telefónica. La primera, como lectora de cartas de Tarot, en uno de las primeras
compañías que ofrecieron tal tipo de servicios en México, hoy ya extinta. Y la
segunda, como asesora psicológica en Locatel, por cuatro años.
8. En mi adolescencia tuve una fascinación por la
robótica y la ciencia ficción, misma que me llevo a querer estudiar ingeniería
electrónica, de la cual, cursé sólo tres semestres en el IPN, antes de
abandonarla definitivamente. Fue triste saber que la inteligencia artificial
que nos mostraban las películas y los programas de tv, eran solo fantasías.
Sostener un dialogo inteligente con una máquina, todavía no era posible. Me
enfoque entonces, en revalidar materias para ingresar a la UNAM y cursar
psicología.
9. Soy Trekkie. El año pasado, supe de la
existencia de un grupo de fans de Star Trek, al que me integré. Soy parte de la
tripulación del USS PROMETEO. Quienes han visto las fotos en mi muro lo saben.
10. Soy una
sissy frustrada. Desde que tenía tres años y medio recuerdo haber tenido
fantasías de lo que hoy podríamos llamar feminización forzada, mismas que
crecieron conforme yo crecí. En 2007, empecé lo que di en llamar mi exploración
sissy… A la fecha habré leído unas trescientas historias sobre feminización
forzada y sissificación en inglés. Tengo empezadas un par de novelas sobre
feminización forzada y sissificación. Cursé encubierta, un curso de
secretariado. Incursioné en un grupo de BDSM, Creé un grupo cerrado específico
sobre feminización forzada y sissificación para poder continuar con mi
exploración… Mi exploración por ahora, está suspendida. Hadwiza, me lo hacía
notar, pido demasiado… No he encontrado, alguna compañera de juegos e
investigadora lo suficientemente capacitada y confiable como para poder
continuar. Y como diría el filósofo, Spinoza, “primero es comer y luego
filosofar”. Por ahora mi sissy está guardada y posiblemente así estará hasta
que conozca tiempos más prósperos.
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