La conveniencia de estudiar psicología a distancia.
Por Alejandra Zúñiga Reyes
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Les comparto algunos de mis referentes. Cursé la licenciatura, en la facultad de psicología de la UNAM entre 1989 y 2000, en la entonces, SUA, sistema de Universidad Abierta. La modalidad propiamente a distancia (SUAyED), no aparecía aún, lo haría años más tarde. Así es que mis comentarios están basados principalmente, en la modalidad a distancia en el tiempo que yo cursé. Lo primero que podría compartirles, es que no es modo de estudio para todos los(as) estudiantes, sobre todo si estás muy acostumbrada(o) a las clases escolarizadas. Requiere, muchas lecturas y capacidad de análisis y por ende, hábitos de estudio regulares, autoadministración del tiempo libre, autodisciplina y me parece, una gran fuerza de voluntad. No había clases como en el escolarizado.
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Al principio de cada semestre, te inscribías a las materias que eligieras cursar y te asignaban un asesor por materia para aclarar tus dudas. Recogías tus guías con la lista de objetivos a cubrir, las listas de bibliografía básica y complementaria, que cubrías ya sea comprando los libros, leyéndolos en la biblioteca, comprando publicaciones especificas o con muchas, muchas fotocopias. Lo demás corría por tu cuenta, leías, ibas contestando tus objetivos y cuando estabas lista te presentabas a hacer examen. Por lo general, yo acudía a la universidad una vez a la semana y no estaba ahí más de dos o tres horas, tiempo en que recogía material, fueran guías, lecturas o presentaba exámenes. Avanzando a mi propio ritmo.
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En lo general, diría que no tuve problemas para cursar mis materias y pocas veces necesite acudir a asesoría personal. Cuando empecé tuve la ingenua idea, de cursar la carrera en menos tiempo que los nueve semestres que toma el escolarizado. Se puede, conocí a compañero, que la terminó en tres años. En mi caso, tristemente, me tomó poco más de diez años, terminar con mención honorífica y promedio de diez. Y fácil, no fue, me costó “sangre, sudor y lágrimas”.
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Tengo que agradecer, si no fuera porque la UNAM es una universidad pública y tenía esa opción de universidad abierta, para mí, hubiera sido imposible tener estudios superiores.
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Provengo de un hogar sencillo, humilde, o más bien debiera de decir “pobre”. Mi padre y mi madre son gente trabajadora de los estados, que no tuvieron la posibilidad de tener una educación superior. Soy la segunda mujer en la familia, en obtener una carrera universitaria, la primera, fue mi hermana.
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La carrera que mi familia me estaba pagando, había sido, mi primera opción, alguna vez soñé con estudiar ingeniería en electrónica, robótica en particular, inspirada por relatos, películas y series de ciencia ficción. Así que estudié el bachillerato en físico matemáticas en el IPN e ingresé a la escuela superior de ingeniería mecánica y eléctrica. Para no hacer más larga esta historia, de por sí, ya muy larga. Abandoné la carrera, no era lo que yo había pensado, ni mis estudios previos tan sólidos.
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Al terminar la vocacional, me había interesado también por la psicología, así que orientando mis esfuerzos 180 grados. Me aboqué a la psicología, hice las revalidaciones respectivas para poder hacer mi examen de admisión a la UNAM, así que empecé a estudiar psicología a los 23 años, y la familia ya no podía pagarme la carrera. Así que me convertí, en una estudiante que trabajaba.
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Sí, creo que me hubiera gustado estudiar en sistema escolarizado y poder tomar mis clases todos los días. Pero esa, ya no era una opción para mí. Tampoco puedo quedarme con el mérito de decir que yo pagué enteramente mi carrera. Si bien, mis colegiaturas eran irrisorias, tenía que cubrir mis gastos personales, de transporte, materiales de estudio, como dije, muchas, muchas copias. Fui hija de familia y viví en la casa familiar hasta los treinta años. Sin ayuda de mi familia no podría haberlo hecho. Tuve muchos trabajos en ese tiempo, pero mis estudios, siempre fueron prioridad.
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Algunos puntos a favor del SUA, siempre cubrí programas de estudio completos. Así que no me vi afectada, por huelgas, recortes de semestre o faltas de docentes. La asesoría estuvo siempre ahí, disponible si era necesaria y por lo general maestros y maestras asesores que eran quienes me evaluaban siempre fueron amables.
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Para alguien como yo que tenía que trabajar y contaba con poco tiempo para estudiar, el sistema me iba como anillo al dedo. Alguna vez, leí que el sistema de universidad abierta, era un sistema exprofeso para generar investigadores, pues las rutinas son muy semejantes, se tiene que aprender e investigar por cuenta propia.
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Algunos puntos en contra, desde que empecé mis estudios en el 89, se hablaba de que el currículo de la carrera estaba obsoleto y se hablaba de actualizarlo, así que a lo largo de toda la carrera hubo rumores sobre una actualización que nunca llegó. No obstante, me parece que recibí un buen panorama ecléctico sobre las corrientes, áreas y el campo de la psicología en general.
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Si no te administras y te presionas tu misma, nadie más lo hará, los tiempos se prolongan y es fácil eternizarse o simplemente desertar.
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Supe que en escolarizado, tenían algunos laboratorios, como aquellos en los que se revisaba el conductismo manipulando ratas, para bien o para mal, es una experiencia que nunca tuve, me quedé con la literatura estudiada sobre el tema.
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¿Diría que mi formación como psicóloga, en el sistema de universidad abierta, fue deficiente?... A mí no me lo parece, mi formación en la UNAM, me dejó un fuerte espíritu crítico, que no siempre es bien apreciado, ni bien recibido. E incluso a mí misma, me ha ocasionado algunos bemoles. Como lo mencioné el currículo que estudié, me dio un amplio panorama general.
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Aún entre las mismas escuelas de UNAM, los currículos suelen ser distintos. No es los mismo, Iztacala, que Zaragoza o CU. Algunos más orientados al conductismo, otros al psicoanálisis. Y después de egresada, me di cuenta que los currículos entre universidades y países también varían. Así por ejemplo, me han comentado que en Argentina, en 90% de los currículos en las universidades Argentinas es psicoanálisis.
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He tenido oportunidad de hacer otros estudios posteriores, como una maestría en sexología educativa y un diplomado en terapia sistémica, esos sí en sistema escolarizado, y en varios trabajos he conocido psicólogos y psicólogas de otras escuelas y otras formaciones, y hasta donde puedo apreciar, no podría decir que mi formación fue deficiente o reducida en comparación con otras.
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Incluso podría decir a veces, que mi nivel es mejor, pero eso claro termina por ser una apreciación subjetiva. A la fecha cuestionó mucho sobre mi propia formación, los modelos científicos, y el sistema de investigación, pero eso es otra historia.
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Como mencioné, ahora la UNAM, también maneja, un sistema de educación a distancia con la tecnología del internet. No tengo más información al respecto. Pero quiero pensar que si una institución como la UNAM, ofrece tanto la opción abierta, como la opción a distancia, es porque están cubriendo los requisitos legales y funcionan.
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¿Recomendaría a alguien estudiar psicología a distancia?... Sí, sí lo haría, aunque si tienes la opción de estudiar en escolarizado, estudia en escolarizado. Si no, por distintas razones, me parece que estas pueden ser buenas opciones, sí habrá que investigar sobre la escuela que imparte, el currículo, quien lo respalda y lo avala, requisitos y costos. Como estudiantes e investigadores ya sea de escolarizado, abierta o a distancia, siempre tendremos que corroborar la práctica con la teoría.
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