Reflexiones surgidas de mi segunda sesión de depilación
(De mis notas personales exploración sissy)
Por Evaith Horizont
24 de septiembre de 2007.
Hoy fui a mi segunda sesión de depilación láser. Llegué tarde por cinco minutos y me llamaron la atención, por un momento pensé que me cancelarían la sesión, pero afortunadamente no fue así. Hubo algo curioso, creo que me sentí como niña regañada.
Reconozco que la llamada de atención fue pertinente. Creo que mis actitudes de sissy me hacen mucho ser como niña y cuando interactúo con la sociedad no puedo todo el tiempo ser una niña o estar totalmente en esa actitud. A veces “tendré” que asumirme como adulta, aunque tenga que representarlo.
Caigo en cuenta que ser una niña dócil no implica necesariamente ser débil y que aun asumiéndome como niña, hay lugar para mi “guerrera”, mi “intelectual” y aún para mis matices masculinos, aunque creo que en este momento no los necesito.
Me parece que soy una niña con muchas capacidades y eso no está peleado con parecer a veces una boba, es más creo que ahí hay un error, hay cierta actitud de dulzura y espontaneidad que creo asociamos con las “bimbos”.
Creo que puedo ser una niña dócil y dulce sin renunciar a mi erudición, aunque tampoco quiero ostentarla todo el tiempo. Creo que es agradable ser una sissy cuando el mundo es un mejor lugar de paz y las “Señoras” te protegen y no te hacen daño.
Me quedo con algunas reflexiones sobre el regaño que me hicieron. Prácticamente me quede callada y no dije ni pío. Me sentí mal y sabía que había sido mi error. Pienso que como adulta o incluso como otra niña, una no dócil, debí haber reclamado o intentar algún arreglo.
Creo que es algo que las adult@s hacemos. Me quedo con la idea de que si todo el tiempo fluyo como niña, será fácil que abusen de mí y no me gustaría eso.
Me viene también la reflexión de cómo podría ser, si alguien como una sissy fuera jefa o tuviera un puesto de autoridad. Reflexiono en el performance que acompaña a la posición de jefatura. ¿Es necesario imponer respeto o autoridad?...
Supongo que la posición de jef@ implíca la experiencia y la seguridad que de ella derivan. Me parece que aunque pueda y me guste fluir como sissy cotidianamente también podría necesitar espacios o momentos de expresión para ser la “dura”.
Medito acerca también de la autoridad entre iguales, o entre subordinados y supraordinados.
Me doy cuenta de cómo disfruto la posición de maestra, por la autoridad y reconocimiento que ello implica, también por la aceptación.
¿Será que en algunos aspectos no he crecido y sigo siendo
una niña?
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