De psicólogo a gurú
Editado por Alejandra Zúñiga Reyes.
Entre los libros que mi padre llevó a casa. Hubo un par de
libros de psicología general, que tuve ocasión de hojear en muchas ocasiones,
en mi infancia y adolescencia. Recuerdo que en cierta ocasión leí algo que me
causó bastante asombro.
Era una nota sobre un psicólogo estadounidense, que había
renunciado a su vida en el mundo occidental y se había vuelto un santón en la
India.
Recuerdo que la nota mencionaba algo sobre las
“características de personalidad” del psicólogo en cuestión que lo habrían
conducido a tomar tal decisión… Y eso en el momento, no me aclaró gran cosa.
En esa época, en que yo creía que la ciencia era el único
camino de un saber verdadero. ¿Por qué abandonar el camino de la ciencia, para
sumergirse en un mundo de superstición y misticismo?... Lo que había llevado a
tal hombre a un cambio tal radical en su vida, parecía un enigma inexplicable.
Después como muchas otras cosas, simplemente olvidé el tema
y seguí con mi vida. En días pasados, por alguna razón, volví a recordar la
nota y me dediqué a rastrearla y la encontré.
EL CASO DE RICHARD ALPERT
[Richard Alpert] nació en una familia judía rica y poderosa
en un suburbio de Boston, Massachusetts. Su padre era un influyente abogado...
Alpert tenía todas las ventajas materiales que la riqueza
puede proporcionar más el conocimiento de que su familia y sus relaciones
estaban en posición de darle una poderosa ayuda en la profesión que eligiera...
Escogió ser psicólogo.
Su carrera en psicología se veía muy prometedora.
[En palabras del propio Alpert.]
1961... fue quizás el punto culminante de mi actividad
académica... se me había asegurado un puesto permanente que era reservado para
mí en Harvard, si mantenía mis publicaciones... en un sentido material estaba
obteniendo bastante dinero y era un coleccionista de posesiones.
Tenía un departamento en Cambridge lleno de antigüedades, y
ofrecía fiestas encantadoras.
Poseía un Mercedes-Benz sedán y una motocicleta Triumph de
500cc, un avión Cessna y un auto deportivo MG y una bicicleta. Pasaba mis
vacaciones en el Caribe en donde buceaba; vivía como un profesor soltero y
triunfador debe hacerlo en el mundo americano de quien lo logra.
No era un académico genuino, pero había recorrido el camino
escolástico. Tenía un doctorado; escribía libros; poseía contratos de
investigaciones.
Daba cursos de motivación humana, teoría freudiana y
desarrollo infantil.
En ese momento [Alpert] comenzó a tomar... drogas
alucinógenas en colaboración con otro psicólogo... A pesar de que al principio
las consumía en aras del estudio científico más
sincero, el efecto que tuvieron en su persona fue tan
poderoso que empezó a sentir que podrían darle significado a una vida que,
aunque exitosa, comenzaba a parecerle vacía...
Por último [Alpert], abandonó su puesto... para poder pasar
tiempo completo explorando
variedades de experiencias con estimulantes y estableciendo
ambientes donde las personas
pudieran ingerir drogas sin ser perseguidas por la sociedad.
Después de seis años, aún creía que no había encontrado lo
que buscaba. No importaba cuan "prendido" se pusiera con los alucinógenos
durante cierto tiempo, siempre "aterrizaba"; seguía siendo el mismo
triste y desilusionado Richard Alpert.
En 1967 Alpert fue a la India buscando alguien que lo guiara
hacia una vida más satisfactoria; encontró un maestro espiritual, se convirtió
y comenzó el dominio de la meditación y el yoga.
[Alpert] aprendió a pasarse meses sin hablar... a sentarse a
meditar en un pequeño cuarto blanco desprovisto de decoración, a no tocar
comida durante días y deambular por la India como un sadhu descalzo [una
persona sagrada].
Al final cambió su forma de vida de manera total: su nombre,
su vestimenta, en especial, su adoración de la mente racional. Su gurú (maestro
espiritual) adquirió control de su vida.
¿Qué fue lo que motivó la impactante transformacióde Alpert?
McClelland sugiere que
el cambio de
identidad de Alpert no es tan radical como lo parece, siempre y cuando se tome
en cuenta su motivación, la cual no varió.
En las dos identidades, Albert parecía necesitar atención de
un público y el poder para
influir sobre la gente.
En ambas se subrayaba el mundo interior del sentimiento y la
fantasía y la búsqueda de conocimiento acerca de la vida; en las dos, se
esforzó por ayudar a otros y buscar orientación permaneciendo independiente.
Tal cómo aparece la nota en el libro de psicología, podría
parecer que solo fue un lamentable caso de adicción a las drogas que llevo a un
profesor universitario a perder la razón y terminar “arruinado”… Eso tal vez,
podría explicar el cambio tan radical.
Pero picada mi curiosidad seguí con el chisme… ejemmm… es
decir, con la investigación.
Richard, el menor de 3 hijos varones, es descripto en su
niñez como encantador y querido por todo el mundo. Por ser el menor, era
considerado la mascota de la familia. Él decía que era ateo y no profesó
ninguna religión durante sus primeros años de vida. Se describía a sí mismo
como “inmune a la religión. No tuve el más mínimo indicio de Dios hasta que
ingerí drogas psicodélicas”.
En el año 1948, Alpert se graduó de la secundaria con altos
honores. Posteriormente, obtuvo un título universitario, finalizó una maestría
y se doctoró en psicología en la Universidad de Stanford. Su especialización
fue la motivación humana y el desarrollo de la personalidad.
Sus años en Harvard
Luego de ser profesor invitado en el área de psicología en
Stanford y en la Universidad de California, Berkeley, Alpert aceptó un cargo
fijo en Harvard, en donde trabajó en el Departamento de Relaciones Sociales, el
Departamento de Psicología, la Escuela de Educación de Posgrado y el Servicio
de Salud, en donde se desempeñaba como terapeuta.
Asimismo, obtuvo
contratos de investigación con Yale y Stanford.
Tal vez lo más notable de todo este tiempo en Harvard sea el
trabajo que realizó en la investigación de la conciencia humana de la mano del
destacado psicólogo y escritor Timothy Leary, amigo cercano y colega.
Habiendo recibido su licencia de piloto hacía poco tiempo,
Alpert piloteó su avión privado para llegar a Cuernavaca, Méjico, en donde de
la mano de Leary Alpert conoció Teonanácatl, los Hongos Mágicos de Méjico.
Cuando Alpert regresó a Estados Unidos, Leary ya se había
puesto en contacto con Aldous Huxley, quien estaba de visita en el Instituto de
Tecnología de Massachusetts (MIT). Por intermedio de Huxley y de un número de
estudiantes de posgrado, pudieron ponerse en contacto con una empresa
farmacéutica de investigación que había desarrollado un componente sintético
con origen en los hongos mágicos, denominado psilocybe.
Alpert y Leary llevaron un lote de prueba de ese producto a
Harvard, en donde llevaron a cabo el Proyecto Psilocybe de Harvard.
Posteriormente, específicamente en 1963, los dos serían despedidos de Harvard:
Leary a causa de su conducta en general y Alpert por su
relación con estudiantes universitarios y por suministrarles psilocybe.
No obstante, para esta época Alpert ya se había desilusionado del ambiente
académico y hasta declaró que se sentía atrapado en un juego que carecía de
sentido.
Al poco tiempo, ambos se instalaron en una mansión privada
en Nueva York para continuar con sus experimentos, esta vez sin supervisión,
pero bajo el patrocinio de una fundación privada. Esto continuó hasta 1967.
Poetas y músicos famosos de todas partes del país se acercaban hacia la mansión
para formar parte de lo que estaba ocurriendo allí.
Si bien Alpert y Leary continuaron siendo amigos para toda
la vida, en determinado momento cada uno optó por un camino espiritual y
filosófico diferente.
Por un lado, Leary continuó profesando su mantra de
“conéctate, sintoniza, déjate ir”, mientras que por otro Alpert estaba cada vez
más cerca de encontrar su objetivo de servir al prójimo, de acuerdo con la
ética oriental.
Camino espiritual
Según declaraciones de Ram Dass, el trabajo con drogas
psicodélicas resultó ser un preludio del campo místico del espíritu y la fuente
de conciencia misma.
La expansión de la mente por medio de sustancias químicas se
convirtió en un catalizador para la búsqueda espiritual. Naturalmente, todo
esto dejó a Alpert plantado en dirección a Oriente, al origen tradicional de
los ríos místicos: la India.
Finalmente, en 1967, Alpert viajó hacia la India. Una vez
allí, y como consecuencia de una serie de aparentes coincidencias, se encontró
con el buscador espiritual estadounidense llamado Bhagavan Das. Alpert fue
guiado descalzo por Bhagavan Das de templo en templo al tiempo que le enseñaba los
mantras básicos y las asanas de Yoga, así como también a trabajar con cuentas.
Luego de transcurridos unos meses, Bhagavan Das guió a
Alpert hacia su futuro gurú, Neem Karoli Baba o, como es más conocido en
Occidente, Maharaj-ji.
En seguida Maharaj-ji se convirtió en el gurú de Alpert, y
le puso el nombre de “Ram Dass”, que significa “sirviente de Dios”. Bajo la
tutela de Maharaj-ji, Ram Dass recibió la orden de aprender de Hari Dass Baba,
quien enseñaba en silencio y utilizaba únicamente un pizarrón.
Entre muchas otras cosas, Hari Dass Baba entrenó a Ram Dass
en raja Yoga y ahimsa (no violencia). Estas experiencias vividas en la India le
cambiaron tanto la vida que Ram Dass decidió escribir el libro clásico
espiritual contemporáneo: “Be Here Now” (traducido como “Ser aquí ahora”), en
donde enseña la armonía de todas las personas y todas las religiones.
De vuelta en Occidente
Luego de regresar a los Estados Unidos en 1969, Alpert fundó
muchas organizaciones dedicadas a expandir la conciencia espiritual y a
estimular el crecimiento espiritual. A partir de ese momento, Alpert ha
adoptado una gran variedad de métodos y practicas espirituales, tales como la
meditación y el yoga de las grandes tradiciones de sabiduría milenarias.
En 1974, Ram Dass creó la Fundación Hanuman, a través de la
cual se desarrolló el Proyecto Prisión/Ashram, diseñado para ayudar a los
presos a crecer espiritualmente durante su tiempo en la cárcel. Asimismo, se
desarrolló el Proyecto Viviendo Muriendo, creado para brindar una estructura de
contención espiritual para las personas agonizantes y conscientes.
Entre los temas que interesan a Ram Dass se encuentran el
apoyo a la investigación de drogas psicodélicas, el desarrollo internacional,
la conciencia respecto del medio ambiente y la acción política.
A lo largo de su vida, ha escrito una cantidad de libros
espirituales, entre los que se encuentran “Be Here Now”, con más de un millón
de copias vendidas, “La única danza que existe”, “El viaje hacia el despertar”,
“El milagro del amor” y “Aquí todavía: cambiar, envejecer, morir”. El último
libro escrito por él es “Aforismos: un pequeño manual para llevar una vida
espiritual”.
En febrero de 1997, Alpert sufrió un derrame cerebral que lo
dejó con afasia expresiva. Sin embargo, él considera que su derrame constituye
un acto de gracia y continuó viajando para dar charlas, siempre y cuando su
salud se lo permitía.
En un determinado momento, cuando se le preguntó si podía
resumir su mensaje de vida, él contestó: “ayudo a las personas como una manera
de trabajar en mí persona y trabajo sobre mi persona para ayudar a los demás…
para mí, de eso se trata el juego emergente”.
«El derrame cerebral en sí no fue gracia, pero mi reacción
al derrame cerebral fue gracia», dijo al Instituto Nacional para la
Aplicación Clínica de Medicina del Comportamiento. «Fui positivo, me fascinó. Y
estaba cambiando mi filosofía de vida».
En septiembre, Dass le dijo a The New York
Times Magazine que había aceptado su muerte.
«El alma no teme morir», dijo. «El ego tiene un miedo muy
pronunciado a morir. El ego, esta encarnación, es vida y muerte. El alma es
infinita».
Baba Ram Dass, pionero de la investigación psicodélica,
autor best-seller y gurú de la Nueva Era murió el 23 de diciembre de 2019.
Resulta curioso, como a veces los medios, crean
clasificaciones artificiales. Es común que en la literatura académica y
científica solo se le mencioné como Richard Alpert, un científico pionero, de
la investigación con alucinógenos, particularmente el LSD, que cayó en
descreditó.
Mientras que en los medios, de la nueva era, solo se le
reconoce como Ram Dass, el gurú o maestro espiritual… ¿Quién tuvo la mejor
contribución, Richard Alpert o Ram Dass?… Pensaré en ello.
Pero recordar y conocer su caso, creo que me hace parecer,
menos loca o rara, o por lo menos, poco original, ja ja ja ja. Es decir, no soy
la única psicóloga que se decanta hacía una vena espiritual.
Y conservando las debidas proporciones. Mi investigación con
plantas alucinógenas es bastante escasa sino es que nula. La única ocasión es
una amiga me invitó un carrujo de cannabis.
No sentí nada. “Me he viajado más con los ejercicios y
meditaciones de Reiki” le dije a mi amiga. Y sí alguna vez, tuve el deseo de
consumir honguitos en Oaxaca, una experiencia que alguien describía, como
“hacer un psicoanálisis en chinga” pero la posibilidad nunca se concreto.
Y aun me falta mucho que aprender y vivir como para pensarme
como maestra espiritual. Y ni siquiera estoy segura de quererlo. Esa es otra
cosa en mi vida, ante la cual tengo sentimientos encontrados.
Así es que sigo investigando, sigo aprendiendo e intento
continuar con mi vida lo mejor que puedo.
“¿Y ya levitas?”... Es
una broma que me hacía una amiga hace tiempo cada vez que me veía, y asumía que
seguía con mi investigación espiritual. Y entonces solo le respondía.
“¡No aún y no!” Y sonreía divertida.
Una vez más. “En este changarro, se hace lo que se puede con
lo que tenemos a la mano, y si perseveramos los suficiente podemos obtener uno
que otro milagro.” Pero levitar no está entre ellos… por ahora.
Por ahora, me entretengo, investigo, me divierto, y si en el
proceso puedo ayudar a alguien y ganar algo de plata en el proceso está bien.
Que el espíritu es algo sutil, pero hay que alimentar y vestir la materia,
todavía.
Recursos:
Davidoff, Linda L. (1989) Introducción a la psicología.
Tercera Edición McGraw Hill. México.
https://cesargamio.com/ram-dass-2/?lang=es
https://cnnespanol.cnn.com/2019/12/23/muere-baba-ram-dass-pionero-psicodelico-y-guru-de-la-nueva-era/
https://www.ramdass.org/about-ram-dass/
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