Las divagaciones de Evaith
La imagen es del 2012. Me acababa de mudar, pues había quedado desempleada y ya no pude pagar el pequeño departamento que rentaba en Coyoacán. Gracias a la generosidad de una amistades tuve un lugar dónde vivir. Aunque extrañé tener un espacio propio. Ese primer día que me mudé uno de los pequeños gatos residentes trepó a mi hombro para darme la bienvenida. La primera reflexión a la que titulé, las divagaciones de Evaith es del 2015.
Quiero pensar que hoy en día, estoy... ligeramente mejor. Aun sigo viviendo al día, he ganado paz mental y nuevas esperanzas. Mi mundo empieza a cambiar y mejora.
Por Evaith Horizont
En el camino de mi vida aprendí a valorar el silencio.
Aprendí aquello de “Si no tienes nada bueno que decir, mejor quédate callada”.
Aún es algo en lo que creo… El problema, es que a veces me pareciera que llevo
demasiados años en silencio… Me parece que con los años, me hice de una visión
demasiado negativa, de las personas, del mundo y de la vida.
Ya desde adolescente solía bromear con decir, que me
consideraba pesimista por definición y optimista en la esperanza. Descubrí hace
poco que no puedo esperar tener una vida positiva, si mantengo una visión tan
negativa de la vida… Y con tristeza y aflicción reconozco que hace muchos años
que no me gusta la vida que vivo.
Años hace que perdí calidad de vida y me pareciera que desde
entonces he vivido al día, en carencia y a la defensiva… No me gusta vivir así,
y aspiro a poder cambiar y volver a darle a mi vida una mejor calidad. Aunque
decirlo siempre suena más fácil que hacerlo. Por ahora, mi reto, es mantenerme
en pensamiento positivo.
Sé que algunas de mis circunstancias no me ayudan mucho…
Llevo casi tres años subempleada y sin un trabajo verdaderamente rentable. Y
mis formaciones académicas lejos de ser una ayuda pareciera que se me han
vuelto un problema en mi contra. Mis dos maestrías, en sexología educativa;
sensibilización y manejo de grupos. Y la de Reiki; y mi licenciatura en
psicología me sobre califican para muchos trabajos.
Pareciera que “Sé demasiado” y por desgracia o por fortuna
pareciera que mis vivencias, en su momento, como activista transgénero, me
dieron una visión aún más crítica que la obtuve de mis formaciones
profesionales. Mis intentos de hacerme de un modesto trabajo como empleada, no
han tenido éxito.
Durante algún tiempo mi falta de documentos de identidad
legales, pareció ser un problema. Hoy en día, ya tengo documentos a mi nombre
legal como mujer, pero pareciera que soy demasiado vieja para insertarme en el
mercado laboral profesional. Y esto de ser emprendedora y autoempleada, no
termina de dárseme.
Pensar positivamente, esperar lo mejor de las personas, del
mundo, de mi vida y de mi misma. Por otro lado, mis roles profesionales, como
psicóloga, sanadora, terapeuta y maestra. Me demandan que mantenga una
compostura que a veces estoy muy lejos de sentir. No siempre por fortuna, a
veces me siento bien y puedo mantenerme ecuánime, pero tengo mis momentos de
desesperación y agonía.
Posiblemente tendría que estar en terapia y eso también se
vuelve un problema. Me conozco todos los discursos motivacionales, y sé cómo
desarticularnos. No cualquier terapeuta puede trabajar conmigo…
metafóricamente, me como a los terapeutas, si no son muy hábiles. Y por otro
lado si encontrara un terapeuta lo suficientemente hábil para trabajar conmigo,
no tengo para pagarlo.
No acostumbro quejarme. Razón que ha contribuido a mi actual
aislamiento y soledad. No me gusta estar sola, me digo, pero tampoco quiero
estar mal acompañada. Y sí, posiblemente encuentre un buen argumento para
justificar cada una de mis posiciones. El punto, es que creo que estoy cavando
mi tumba con mis razonamientos.
Pasarme de lista, me va a matar. Y abrirme a este tipo de
sinceridades, es algo, que todavía me avergüenza y en el fondo me duele. En el
fondo, sé que ninguna(o) de ustedes, mi limitado número de lectoras(es) puede
ayudarme. Y está bien, lo acepto con resignación. Y como ya me estoy poniendo
muy dramática y mis ojos se llenan de lágrimas, respiraré con profundidad un
momento y cambiaré de tema.
No acostumbro quejarme, y a veces, muchas veces, no tengo
nada lindo que compartirles, por eso guardo silencio y me quedo callada. Y creo
que es eso es algo que tengo que cambiar. Y como aún no tengo nada lindo que
contarles, por ahora solo puedo compartirles mis agridulces reflexiones.
Hacerlo me ayuda a
hacer catarsis. Y con suerte, alguna de ellas les pueda servir en algún
momento. Así quizás tengan un recuerdo agradable de mí cuando ya no me
encuentre circulando por estos lares… Calma, morirme no está por ahora en mi
agenda. Respiro… Pensamiento positivo, pensamiento positivo, pensamiento
positivo.
De momento, no tengo una vida que me guste, de la cual pueda
sentirme orgullosa de compartirles. Sólo preguntas, enigmas y algunos retazos
filosóficos. Agradezco de antemano a quien quiera acompañarme con su lectura en
mis reflexiones. ¡No es manda, eh! No tienen que hacerlo si no quieren.
Conforme vaya ordenando mi cabeza y mi corazón se las iré compartiendo.
Comentarios
Publicar un comentario