LIDERAZGO EN EL DESARROLLO PERSONAL O PROFESIONAL


 Escrito para el curso de oratoria que tomé. 

Por Alejandra Zúñiga Reyes

“Para saber mandar hay que saber obedecer”…

“Las personas están dispuestas a creer en cualquier cosa con tal de no creer en ellas mismas”…

“Estaban en el momento equivocado, en el lugar equivocado, naturalmente, se convirtieron en héroes.”

Mmmm…

Saben, esto me resulta un tema complicado y no sabría bien por dónde empezar. Al pensar sobre el tema me vienen a la mente aquellas viejas películas de ciencia ficción donde un platillo espacial aterriza en un campo ante la vista atónita de unos granjeros.

Se abre una portezuela y descienden unos hombrecillos de color verde que dirigiéndose a los humanos, les hacen una petición. “Terrícolas, llévennos con su líder”…

Y en una situación así, ¿quién se supone que es el líder?... ¿El jefe de policía? ¿El alcalde del pueblo? ¿El gobernador del estado? ¿El presidente de los EEUU?... Es que la película era “gringa” ¿El papa? ¿El delegado de las Naciones Unidas o tal vez un jefe militar de la OTAN?...

Sin duda alguna, los hombrecitos verdes querían hablar con el dirigente, con el jefe de los humanos, con el mandamás, es decir con la personas de mayor autoridad. Y tal vez, esto es parte de mis problemas, porque parece que un jefe, un mandamás o la persona de mayor autoridad, no siempre es un líder.

Creo que respeto demasiado la palabra “Líder”, tanto, que me es evasiva, se me escapa. Y es que me es inevitable al mencionar la palabra líder, el pensar en grandes conductores de pueblos y naciones, que han forjado revoluciones y que han mantenido viva la esperanza y el espíritu de lucha, ante condiciones adversas, llevando a sus seguidores a la victoria. Sí, pensar en un Gandhi, en un Churchill, en un Moisés…

Algunos autores sostienen que hay líderes en todas partes, en el trabajo, en la escuela y hasta en la familia. No estoy de acuerdo. Generalmente en el trabajo encontraremos Jefes o Jefas. La diferencia es que, la mayoría de las veces, el Jefe es nombrado o impuesto, sin pedir opinión a empleados o empleadas.

Su autoridad está dada por la empresa o la institución en que labora. Pero es el o la subordinada, la que decide o elige voluntariamente, seguir a un líder, no porque tenga una autoridad impuesta, una jerarquía o la obligación de hacerlo, sino porque encuentra algo en la o el líder, que le inspira.

Papá y Mamá tienen autoridad, pero de manera semejante, yo no les escogí, ni elegí seguirlos (aunque desde una perspectiva Kármica, sí habría sido mi elección, más tomemos en este caso una perspectiva más pretendidamente objetiva), era algo que tenía que hacer porque él y ella, me trajeron al mundo y me criaron.

Su autoridad también era impuesta, porque durante los primeros años de mi vida, él y ella eran los adultos y yo, una pequeña niña. Y las niñas y los niños, tienen que obedecer a los adultos. “Tienen que”, no pueden elegir. Ahora soy una adulta como él y ella, y si no quiero, no tienen más autoridad sobre mí.

Y en la escuela, bueno, tenía que hacer caso a mis maestros y maestras, porque era la escuela, los padres y madres de familia, y la sociedad en general, les habían concedido tal autoridad sobre mí.

Además, sabían muchas cosas, me estaban enseñando. Mmmm, dicen que la ignorancia es la madre de la admiración… No piensen mal, no quiero parecer ingrata, respeto mucho a mis maestros y maestras, pero no pensaría necesariamente sean líderes, sus alumnos y alumnas no los escogen.

Así que podría pensar, que los líderes con “L”, mayúscula, no se dan en maceta, y son tal vez, una especie de seres míticos, casi de leyenda. Una especie de héroes, de semidioses, que conducen y guían multitudes enormes hacía un destino glorioso.

Pero bajemos de la nube del Olimpo. Y pensemos en los líderes con “l” minúscula. Esos que no obstante, lo dicho, pueden ser encontrados en cualquier parte. Tal vez, algunos estén por aquí…

En la semana vi un video que me gustó mucho. Decía: “Buscas un líder. Busca en el espejo…” Entiendo el mensaje. Pero creo que esos son unos zapatos, o unas zapatillas muy grandes para mí, en este momento. Creo que por ahora, prefiero ser una buena seguidora, que tampoco es fácil y tiene su mérito, y desde esta posición de “peatona”, me pregunto: ¿Qué busco en un líder?...

Me queda claro, como lo mencioné, que un líder, es alguien que conduce o guía a varias personas, pero más allá de eso, un líder es alguien que inspira, inspira confianza, inspira seguridad, inspira a hacer cosas grandes, inspira a soñar, inspira a hacer de este mundo, un lugar mejor, y me inspira a ser una mejor persona.

Me inspira a hacer grandes esfuerzos, aunque eso implique pruebas difíciles, dolor, o sufrimiento. No es solamente alguien que da órdenes, o dice que se tiene que hacer. Es alguien que me ha demostrado con su ejemplo y con su lucha o esfuerzo, hombro a hombro, que lo que parecía difícil o imposible, se puede hacer. Que a pesar de una vida difícil o de circunstancias terribles o adversas, se puede soñar, y se puede construir un mejor mañana.

Es un o una luchadora “incansable”, con una Fe, inquebrantable. Es alguien que ha caído y que fracasó en innumerables ocasiones. Que se ha vuelto a levantar, que se ha repuesto y aprendido de sus derrotas. Es alguien que no ha permitido, que la adversidad le amargue y endurezca su corazón. Sigue conservando por tanto, su dimensión y vitalidad humana. Es alguien que sigue teniendo fe en el ideal, sí mismo, en la humanidad… y también en mí… Mmmm.

Había otras cosas en el video que les platico. Comentaba, que un Líder es alguien que tiene visión, que puede ver lo invisible, un líder es una persona común, con una determinación extraordinaria… ¡Qué bueno está ese video!... Recomienda a los líderes. “permanece cerca de tu gente. Corrige suavemente. ¡Recompensa fuertemente! Actúa como si fueras invencible, aunque sepas que no lo eres, nadie nota la diferencia.”  ¡Ahhh, en verdad, inspira! Pero ser líder, es un gran papel.

Me parece que las circunstancias varían y dependerá de ello que se den varios ajustes y que alguien que tenga “madera” de líder, efectivamente pueda llegar a desempeñarse como tal.

Pero creo que para poder inspirar, el líder ha de tener conocimiento, experiencia, una seguridad en sí mismo, una visión y un ideal. Una posición firme en un mundo que no le pertenece, porque su mundo, es el que está surgiendo apenas, producto de su lucha y de su obra.

Reconozco que me cuesta trabajo lidiar con mi propia humanidad y circunstancias como para subirme al pedestal de líder. No obstante, de ver, se antoja, de acompañar, algo se aprende, de hacer, algo se forja, puede que no llegue a ser un líder, una lideresa, ni siquiera una chiquitita, pero sé que si me aplico y aprendo humildemente las lecciones que Líderes grandes y pequeños nos dejan con su proceder y ejemplo, entonces podré ser una mejor persona.

Y si la vida me llegara a colocar en la posición de dirigir a otras personas, espero poder ser una buena jefa. Y si llegara a tener autoridad, espero tener la sabiduría para usarla adecuadamente. Y si mi papel fuera el ser maestra, espero poder hacerlo de forma amorosa, y que pueda inspirar lo que los grandes líderes inspiran. Y si consigo eso, sea seguidora, jefa o líder, me parece entonces, que la labor, está cumplida.

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