¿Se puede feminizar a una mujer?
Por Evaith Horizont
Sé que de inicio, puede sonar a un absurdo, ¿Qué acaso las
mujeres por nacer mujeres, no soy ya femeninas?... Sí y no. El punto es que
nadie nace mujer u hombre. Nacemos hembras o machos y aprendemos a ser mujeres
u hombres. Luego entonces, Ser mujer el algo que se aprende, y no es un
concepto absoluto.
No hay una sola forma de ser mujer, y es algo que puede
variar según, el lugar, la época, la clase social, la cultura, etcétera. No es
lo mismo ser una mujer rica que una pobre, una caucásica que una afroaméricana,
una urbana o una tribal, una de principios del siglo 21 o una de mediados del
siglo XIX. ¡Una mujer dominante o una sumisa! ¡Una adulta, o una niña!...
“Ser femenina” más allá de lo biológico (Y consté que
conozco hombres con vagina) termina siendo una idea muy subjetiva. Lo que es
femenino en un tiempo y lugar, puede no serlo en otro y viceversa. Si consideráramos
la feminidad de las mujeres de hoy en día según los estándares del siglo XVIII
o XIX, tendríamos que decir que la mayoría son poco femeninas.
Muchas veces, las y los feministas argumentan que
históricamente las mujeres han tenido papeles secundarios y eso las convierte
en dependientes ciudadanos de segunda clase. En los antiguos pueblos patriarcales,
una mujer no podía ser independiente, o era propiedad del padre, o del esposo o
incluso de sus hermanos.
En el siglo XVIII un precepto educativo era “las mujeres han
de ser educadas para ser vistas, no para ser escuchadas.” O como enseñaba el
dicho tradicional “Calladita te ves más bonita”. Y aunque aún falta mucho por
hacer para conseguir una equidad completa, las mujeres de este siglo somos muy
afortunadas de poder elegir y ser independientes, sujetas de acción y no
meramente “objetos” de placer.
En mis tiempos de activista, en una ocasión en un evento,
una chica feminista me preguntaba, ¿Por qué las transgénero parecen querer
sacar de la basura, (refiriéndose, al faldas, zapatillas, fajas y demás
artilugios de la belleza femenina) lo que a las feministas no has costado tanto
trabajo tirar?...
Mi reflexión posterior fue, porque nos gusta y podemos
elegir, no se nos ha impuesto como norma de vida, ni se nos limita a ella. Más
dentro de los Juego BDSM, nos encanta jugar con límites, ataduras y cadenas… ya
sean física o psicológicas. Por eso es que a una mujer de este siglo se le
puede feminizar, incluso de forma forzada, obligándoles a convertirse en el
ideal femenino de otras épocas, como decían, una visión arrobadora de belleza,
delicadeza, gracia e ingenuidad.
Que cada uno de sus movimientos y de sus palabas sea una
expresión de la más excelsa feminidad… Un bonito ejemplo lo tenemos en la obra
de teatro pigmalion, de George Bernard Shaw, donde el profesor londinense de
fonética, Henry Higgings, envuelto en una apuesta, decide convertir a una
florista, pobre y vulgar de los barrios bajos de Londres, Eliza Doolitle, en
una culta y refinada dama de sociedad, de la que termina enamorándose, pero
esa… es otra historia.
Las imágenes son de la adaptación del musical de 1964, mi
bella dama, basada en el musical de Broadway e interpretada por Rex Harrison y
Audrey Hepburn. Y bueno, si es posible Feminizar a una mujer, y hacerlo, aún en
contra de su voluntad, sissificarla, resulta aún más sencillo, obligarla a
comportarse como una niña pequeña, despojándola en el juego de su estatus de
adulto y por tanto, de su independencia.
Una sissy (sea hombre o mujer) siempre es linda, dócil y
obediente y bien dispuesta. Para terminar con un dato curioso de otras latitudes.
En Japón, en el clásico teatro Kabuki, en un tiempo las mujeres tuvieron
prohibido participar, por lo que los papeles femeninos eran representados por
actores, varones especializados, una clase de ellos eran los onnagata, cuya
expresión en el escenario tenía que ser lo más femenino posible, y aquí surge
una simpática paradoja.
No era raro en aquellos, tiempos, que fuera de las
funciones, se juntaran grupos de mujeres biológicas o cisgéneros, para pedirle
a un onnagata, que les diera clases y las instruyera sobre cómo ser mujeres…
Publicado originalmente en febrero del 2015
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