Pregunta de un travesti ¿Por qué soy así…?
Por: Psicóloga y Sexóloga Alejandra Zúñiga.
Ocurre más o menos así. Se ha prometido no volverlo a hacer. La ropa conseguida furtivamente, junto con las zapatillas; están en el bote de la basura o reducidas a cenizas, gracias al fuego purificador. “De ahora en adelante seré todo un hombre”, se dice.
Sin embargo, conforme los días
pasan, la determinación empieza a perder fuerza, los deseos de hacerlo crecen
como un ansia que devora por dentro. Puede resistir y demorarlo estoicamente,
pero, sólo es cuestión de tiempo, es una batalla pérdida…
Se las ingeniará para volver a
conseguir un nuevo guardarropa y al final, cederá a sus deseos…
El encanto se repite ante el
espejo. “Ella” está devuelta, le mira y le sonríe desde el otro lado del
cristal, totalmente femenina, ¡La sensación es tan… deliciosa! La imagen lo
reitera, está aquí y no se va a ir, volverá una y otra vez.
Quizá, la noche la invite a una
aventura nocturna fuera de casa, o tal vez, se conforme con deleitarse ante el
espejo imitando la cotidianeidad de las otras mujeres.
Pero cual cenicienta moderna,
cuando el encanto llega a su fin y Ella se desvanece, Él se queda con una cruda
moral y entonces, tal vez se pregunte, ¿Por qué soy así?
Es posible
que se recurra a la memoria tratando de encontrar en la historia de vida, algún
hecho “traumante” que hubiere causado tal predisposición. Es posible que se
busqué información en las revistas, en los libros que hablen sobre travestismo,
en el espacio cibernético del internet.
O incluso
se piense en explicaciones descabelladas, o más o menos metafísicas, desde “he
sido poseído por el espíritu de una mujer” hasta “Dios me hizo así por alguna
razón, que aún no logro averiguar”.
Las
explicaciones de los libros de psicología, psiquiatría y sexología entre otros,
han sido varias y con frecuencia no muy atinadas. En la década de los 60’s del
pasado siglo XX la ciencia no había podido estudiar estos casos fuera de
ambientes clínicos o de aquellos que se veían en problemas con la ley.
Pero a
partir de que Virginia Prince formará sus clubes de hombres travestis en los
E.E.U.U y publicara más tarde “Travestia”, durante mucho tiempo la única
publicación en el mundo por y para travestis, los científicos tuvieron
oportunidad de estudiar a travestis mejor adaptados, que disfrutaban su práctica
e incluso se sentían orgullosos de ella.
¿Qué sabe ahora la ciencia sobre las causas del
travestismo?
Hasta
ahora, la ciencia no ha podido descifrar porque a un hombre le puede gustar usar
ropa femenina. Ha habido distintas explicaciones, pero ninguna puede aplicarse
a todos los casos.
Desde el
llamado “castigo del delantal” esto es, disciplinar a un niño obligándolo a
usar ropa de niña; las teorías de la madre dominante, el padre ausente o el
desequilibrio hormonal entre otras.
Más
recientemente ha habido teorías sobre “baños” hormonales en el cerebro durante
el período prenatal. Todas las anteriores no dejan de ser meras teorías,
intentos de encontrar una explicación.
Esperemos
que la investigación futura pueda aclararnos más al respecto. En general se
considera que debe haber una mezcla de factores innatos con factores
ambientales, pero ¿cuáles y cómo actúan? sigue siendo un misterio.
Así que nos
quedamos sin una respuesta a nuestro enigma por parte de la ciencia. ¿Qué
podemos hacer entonces, si tenemos aún la necesidad de encontrar una
explicación a la causa?
Algo que si
podemos contestar con un poco de determinación y voluntad es ¿Porqué queremos
saber, “porqué soy así”? Ocurre con frecuencia que en nuestra sociedad tan
machista y prejuiciosa, un hombre se sienta culpable cuando descubre su gusto
por la ropa femenina.
Aunque
disfrute mucho su actividad travestista, no deja de sentirse un tanto culpable
y de alguna manera se siente menos hombre, con un sentimiento mezcla de
vergüenza y conmiseración.
Entonces la
pregunta “¿Por qué soy así?” tiene por objeto afrontar la culpa. Ya que si la
naturaleza, las hormonas, el medio ambiente, el destino, Dios, o las Diosas me
hicieron así.
Entonces,
Yo no escogí ser lo que soy, la responsabilidad está fuera de mí, luego
entonces, no soy culpable, sino solo una especie de víctima de un juego o broma
cruel.
Sin
embargo, cuando un hombre travesti, descubre que su práctica no le quita valor
como hombre, ni como persona, cuando descubre que el usar ropa femenina y tomar
la imagen de una mujer no tiene que ser un “menos”, sino que puede ser un
“plus”.
Que puede
gozar y sentirse orgulloso, ya sea que vista ropas masculinas o femeninas, la
culpa se va diluyendo, y entonces responder a la pregunta. “¿Porqué soy así?”
pierde importancia y la angustia que generaba se desvanece.
Entonces la
pregunta, “¿Por qué soy así?” Puede ser cambiada por “Soy así ¿Cómo quiero
vivirlo?” ¿Con culpa o pesadumbre? O ¿Con gusto, placer y orgullo? Para el
travesti promedio, responder afirmativamente a está última pregunta, será más
satisfactorio que seguirse preguntando ¿Por qué soy así?
Aunque averiguar
las causas del travestismo sigue siendo un objetivo válido, es diferente plantearse
la pregunta cuando no hay angustia de por medio, y cuando se cuenta con
herramientas metodológicas para la investigación.
Así pues,
dejemos que las científicas y científicos sigan investigando, o después de una
satisfactoria autoaceptación, leamos un poco de metodología científica, ¿Quién
sabe? Tal vez, Ella, la que nos sonríe desde el espejo, tenga la respuesta del
misterio, y con disciplina y buena voluntad quiera compartirnos el secreto.
Escrito el 26 de enero
de 2006. Me parece que este fue un artículo que escribí para una revista de divulgación
sexológica…
En mi caso, por cuestión de toma de medicamentos para estabilizar mi presión arterial, entre ellos se incluía la Espironolactona: 50mg al día; me tomó por sorpresa, aproximadamente 3 meses después el hecho de que empecé a sentir cambios con los que ya no tenía la angustia característica de ser tv, sino libertad y paz en mi vida diaria. Luego por decisión personal de experimentar: aumenté a 100mg y la estabilidad en ese tema fue total: ya no buscaba ni me atraía lo referente al tv!
ResponderEliminarY si aún quedaba algún vestigio del tema lo hago por mero pasatiempo aislado y no por el vacío profundo que existió antes del tratamiento.
Fue como el inicio de una nueva etapa personal ya sin esa atadura de toda la vida!
Si esa reacción la hubiese experimentado desde mi adolescencia o niñez, posiblemente mi vida habría sido por mucho más feliz frente a las tristezas y angustias que pasamos quienes tenemos la atadura de ser tv.
Pueda que no a todos les suceda igual en todos los casos como a mi, pero creo que es algo que se puede experimentar...