Cómo se escribe un libro sagrado



Por Alejandra Zúñiga Reyes.

¿Cómo se escribe un libro sagrado? En el caso de los evangelios, sabemos, que fueron escritos no menos de cien años después, de la muerte de cristo y de los hechos que narran, luego, quienes los escribieron no estuvieron ahí. Alguna vez me escuché la explicación que me dio una amiga, "aunque fueron libros escritos por hombres, estaban inspirados por Dios"... Lo que me hace preguntarme, ¿cualquiera que esté "inspirado por Dios" puede escribir un libro sagrado? y de ser así, ¿Le creeríamos?... ¿Qué les parece el siguiente fragmento?:

 

—¿Cómo puedo saber que esta comunicación procede de Dios? ¿Cómo sé que no se trata de mi propia imaginación?

—¿Qué diferencia habría? ¿No ves que puedo utilizar tu imaginación con la misma facilidad que cualquier otro medio? Te traeré los pensamientos, palabras o sentimientos exactamente apropiados, y en un determinado momento, precisamente cuando me venga bien para mi propósito, utilizaré alguna sentencia, o varias.

Sabrás que esas palabras proceden de Mí porque tú, espontáneamente, no has hablado nunca con tanta claridad. Si hubieras ya hablado con claridad de tales asuntos, no te preguntarías acerca de ellos.

 

—¿Con quién se comunica Dios? ¿Se trata de personas especiales? ¿En momentos especiales?

—Todo mundo es especial, y todos los momentos son buenos. No hay ninguna persona que sea más especial que otra, ni ningún momento que sea más especial que otro. Mucha gente decide creer que Dios se comunica de maneras especiales y únicamente con personas especiales. Esto libera a las masas de la responsabilidad de escuchar Mi mensaje, y aún más de aceptarlo (esa es otra cuestión), y les permite quedarse con lo que dicen otros. No tenéis que escucharme, puesto que ya habéis decidido que otros. Me han oído acerca de todos los asuntos, y tenéis que oírles a ellos.

 

Al escuchar lo que otras personas piensan que Me han oído decir, vosotros no tenéis que pensar en absoluto.

Esta es la razón principal de que la mayoría de la gente eluda Mis mensajes a nivel personal. Si uno reconoce que recibe Mis mensajes directamente entonces es responsable de interpretarlos. Es mucho más seguro y mucho más fácil aceptar la interpretación de otros (aunque se trate de otros que han vivido hace 2,000 años) que tratar de interpretar el mensaje que uno puede muy bien estar recibiendo en este mismo momento.

 

No obstante, te propongo una nueva forma de comunicación con Dios. Una comunicación de doble dirección. En realidad, eres tú quien me la ha propuesto a Mí, ya que he venid a ti, en esta forma, aquí y ahora, en respuesta a tu llamada.

 

—¿Por qué algunas personas —Como por ejemplo, Jesucristo— parecen escuchar más lo que Tú comunicas que otras?

—Porque algunas personas están verdaderamente dispuesta a escuchar. Están dispuestas a oír, y están dispuestas y a permanecer abiertas a la comunicación aun cuando lo que oyen parezca espantoso, disparatado o manifiestamente equivocado.

 

—¿Debemos escuchar a Dios aun en el caso de que lo que diga nos parezca equivocado?

—Especialmente cuando parece equivocado. Si creéis que estáis en lo cierto respecto de algo, ¿para qué necesitáis hablar con Dios?

 

Seguid adelante, actuando según vuestro entender. Pero observad lo que habéis estado haciendo desde el principio de los tiempos. Y mirad cómo es el mundo. Evidentemente, en algo habéis fallado; y es obvio que hay algo que no entendéis. Lo que sí entendéis ha de pareceros correcto, puesto que “correcto” es un término que utilizáis para designar aquello con lo que estáis de acuerdo. Por lo tanto, aquello que se os escapa aparecerá, en un primer momento, como “equivocado”.

 

La única manera de adelantar en esto es preguntándose uno mismo: “¿Qué pasara si todo lo que considero ‘equivocado’ fuese realmente ‘correcto’? Todos los grandes científicos conocen esta pregunta. Lo que hace el científico no es simplemente trabajar, el científico cuestiona todos los presupuestos y prejuicios. Todos los grandes descubrimientos han surgido de la voluntad, de la capacidad, de no estar en lo cierto. Y eso es lo que se necesita en este caso.

 

No podéis conocer a Dios hasta que hayáis dejado de deciros a vosotros mismos que ya conocéis a Dios. No podéis escuchar a Dios hasta que dejéis de pensar que ya habéis escuchado a Dios.

No puedo deciros Mi Verdad hasta que vosotros dejéis de decirme las vuestras.

Neale Donald Walsch, Conversaciones con Dios.

Publicado originalmente el 29 de enero del 2020

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feminización Forzada, Emperatriz Sissi y Petticoat Discipline

DIVAGACIONES SOBRE LA FEMINIZACIÓN FORZADA.

Los inicios de mi feminización forzada