De los milagros
Por Alejandra Zúñiga.
“Cualquier tecnología lo suficientemente sofisticada
no puede ser distinguida de la magia.
Carl Sagan”
Un milagro está definido como: Suceso extraordinario y
maravilloso que no puede explicarse por las leyes regulares de la naturaleza y
que se atribuye a la intervención de Dios o de un ser sobrenatural.
Podemos entenderlo entonces como un acto mágico. Algo que en
apariencia, invalida, o manipula las leyes naturales conocidas o en última
instancia, algo que genera la ilusión de hacerlo.
Estamos familiarizados con la magia como actos de
ilusionismo, pues por realista que parezca, sabemos en el fondo que se trata de
un truco. De una farsa.
Consideramos a la “magia real”, como terreno de la fantasía.
De alguna manera los milagros bíblicos pueden considerarse, actualmente, como
parcela de ese tipo de magia. Multiplicar, peces, sanar leprosos, revivir
muertos. En la época actual y desde hace algunos siglos, tal tipo de milagros
escasean.
Los alquimistas trataban de hacer transformaciones que
podemos considerar mágicas o milagrosas, como transformar el plomo en oro.
Y dentro de las tradiciones ocultista, el mago o la maga
intenta manipular sus propios milagros, ya sea, mediante la manipulación de las
fuerzas del universo, o mediante la asistencia de espíritus u otros seres
sutiles.
A diferencia de los creyentes, que se valen del intermedio
de un sacerdote para “vincularse” con Dios, el mago busca un encuentro directo,
por lo que se prepara durante años para esa experiencia. Se prepara para obrar
milagros.
Se atribuía a Sai Baba, un santón de la India, la capacidad
de aparecer objetos de la nada, piedras preciosas entre ellos. “Lo que yo hago,
tú lo puedes hacer, la única diferencia entre tú y yo, es que yo lo sé” Solía
decir. Afuera del templo de Delfos en la Grecia antigua, estaba escrita la
leyenda. “Conócete a ti mismo y conocerás los secretos de los dioses”.
Tal vez, la magia, los milagros, son una capacidad que
tenemos dormida y que empieza a despertar.
Para los científicos escépticos, los milagros no existen, o
en su defecto son una rareza estadística.
Para algunas corrientes esotéricas o metafísicas, “si crees
en los milagros, tienes razón”. “Si no crees en los milagros, también tienes
razón”. Pues tus pensamientos son creadores. Si no crees en los milagros, no
esperes ver alguno. Si eres creyente, haz abierto la puerta para que los
milagros ocurran.
Sanar de una enfermedad incurable o sobrevivir a un
accidente fatal son ejemplos de milagros recientes. Cuando algo ocurre contra
todo pronóstico, contradiciendo las leyes, de la naturaleza, las estadísticas y
el conocimiento científico. Podemos llamarlo como queramos, o simplemente
aceptar que estamos ante un milagro.
Como sanadora Reiki, es para mí muy claro y un hecho, que
todas las enfermedades tienen una causa psicosomática, es decir, nuestras
emociones y los malos hábitos, nos enferman. La enfermedad, es como esos focos
rojos en los tableros de los automóviles, es la manera que tiene el cuerpo de
informarnos que algo que estamos haciendo está mal, que tenemos que introducir
un cambio en nuestra vida.
Desde este punto de vista, toda enfermedad puede ser sanada,
pero ello implica hacer profundos y radicales cambios en el modo de vida, de
una persona. A veces las personas prefieren morir a dejar o cambiar aquello que
les ha enfermado. Si la persona pone todo de su parte, el milagro puede obrar.
¿Se pueden multiplicar peces de la nada actualmente”… Si apeló
a la ciencia ficción diría que es posible, tomando como ejemplo los
replicadores de la serie, Star Trek, puedo tomar un pez copiar su patrón
energético y después sacar energía de una fuente oculta, transformar materia en
energía, para hacer la infinidad de copias que quiero.
Cierto, todavía no tenemos tal tecnología, pero teóricamente
es posible. Muchas de las comodidades actuales a las que no damos mayor
importancia, podrían parecer mágicas o milagrosas a humanos primitivos, ya sea
de las épocas tribales, o de alguna remota región del planeta actual.
Quizás una inconveniencia del conocimiento científico, es
que una puede volverse demasiado pesimista, se cree demasiado en la ley de
Murphy “Todo lo que pueda salir mal, saldrá”. Para obrar, milagros o pedirlos,
se necesita ser optimista, se necesita creer, en ellos, tener la fe.
Y me parece que mientras no tengamos la conciencia como
especie, el crear magia o milagros, no estará del todo en nuestras manos. Dicen
que el poder absoluto, corrompe absolutamente, ¿estamos listos para descubrir
nuestra divinidad y ser como dioses?...
O modestamente tenemos que orar con humildad a la
representación divina de nuestra preferencia para pedir que el milagro
solicitado sea cumplido, si no daña a nadie y no contraviene a leyes
superiores, en otras palabras. Inclinar nuestra cabeza y pedir, “hágase tu
voluntad”.
Publicado
originalmente el 23 de enero del 2020
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