Un par de guiones sobre comunicación
En alguna ocasión recuerdo que apliqué para el puesto de escritora de
guiones en algún trabajo. Solicitaban enviar un par de guiones escritos acerca
de la importancia de la conversación como forma de comunicación. Escribí mis
guiones los envié con mucha esperanza… Y no pasó nada. Se quedó en una anécdota
más de un intento infructuoso para encontrar trabajo y me dejó un par de amenos
guiones en mi archivo que ahora les puedo compartir. Este es el primero de
ellos.
Segmento 1. Amigos.
Por Alejandra Zúñiga.
Sonido ambiental de gente conversando en una habitación al fondo. Horacio,
sentado en una banca que da al jardín. Entra Marcela.
Marcela.- Hola, porque tan solito.
Horacio.- ¡Ah, hola! Marcela, necesitaba un poco de aire.
Marcela.- ¿Otra vez huyendo de la plática, Horacio?
Horacio.- Me conoces, puedo estar un rato, pero las pláticas triviales
terminan por
aburrirme. ¿Tú que cuentas?
Marcela.- No mucho, si no te interesan las pláticas triviales. Había
bastante de ello allá
dentro.
No deberías tomártelo tan a pecho. (Comprensiva)
Horacio.- No lo hago. Como te dije soy práctico, escucho un rato, si hay
algo que capte mi
interés me quedo, si no, busco
algo más en que entretenerme.
Marcela.- ¿Y en qué se entretiene ahora, señor de los temas profundos de
conversación?
(Irónica)
Horacio.- Pues no mucho, hasta antes de que llegarás ha pasado una mosca
volando y
media docena de hormigas a toda prisa.
(Irónico y bromista)
Marcela.- ¡Uy, sí! muy interesante. (Irónica y después seria) Deberías
regresar adentro e
intentar hacer una conversación, con todo lo
que sabes seguramente
encontrarás un tema.
Horacio.- No, gracias, temo que mis temas de conversación terminarían por
aburrir a los
invitados, mejor tu cuéntame algo.
Marcela.- ¿Qué quieres que te cuente?
Horacio.- No lo sé, tú eres la gran conversadora social.
Marcela.- ¿Te estás burlando? (Suspicaz y bromista)
Horacio.- ¡No!, de ninguna manera. (Algo irónico)
Marcela.- ¿En serio, te estás burlando?
Horacio.- Nop, (ríe divertido, luego serio) ¿por qué crees que me estoy
burlando?
Marcela.- Por qué te conozco. (En reproche)
Horacio.- Pues creo que no me conoces muy bien, por que estoy hablando muy
en serio.
(Bromista y luego serio) En realidad esa
cualidad que tienen las mujeres de
hablar y hablar en cualquier momento me parece
maravillosa.
Marcela.- ¿Nos estás diciendo chismosas? (Bromista y provocadora)
Horacio.- No, (ríe divertido y luego serio), sólo menciono lo que los
estudios científicos
demuestran, que las mujeres tienden por lo
general a aprender a hablar más
pronto que los hombres y por lo general tienen
mejores capacidades de
lenguaje.
Marcela.- En cambio, a algunos hombres pareciera que hay que sacarles las
palabras con
tirabuzón. ¿Verdad? (Irónica)
Horacio.- Sabes que eso no aplica conmigo, Marcela, puedo hablar con
facilidad siempre
que quiero y cuando un tema me apasiona podría
hablar por horas del
mismo.
Marcela.- Claro, porque eres un nerd, antisocial, (Bromista) te la pasas
leyendo de temas
que solo le interesan a unos pocos, (En
reproche) pero no se traté de hacer
una inofensiva plática social, porque entonces
no das una.
Horacio.- No soy un nerd,
Marcela.- ¡Ah, no!, ¿entonces como te describirías?
Horacio.- Soy un hombre, culto, instruido, con algunas inquietudes
intelectuales y dado a la
reflexión podríamos decir que soy un filosofo
aficionado.
Marcela.- ¡Anda pues! Lo bueno que no eres nerd. (Irónica)
Horacio.- ¿Y tú que me reclamas? si eres más nerd que yo. En la
preparatoria eras una
matada, no salías de la biblioteca. (Bromista)
Marcela.- Tú lo has dicho, en la preparatoria, pero de eso hace mucho
tiempo y el que ahora
sea una mujer preparada y culta, como
tú dices, no significa que me tenga
que aislar como ostra, ni
ocuparme de temas que sólo le interesan, a los científicos, los intelectuales o
los nerds. A veces hay temas que le interesan a la mujer o al hombre común. Y
eso también forma parte de una cultura general.
Horacio.- ¿Qué autos, moda y rock and rol? (Irónico)
Marcela.- Búrlate si quieres, pero no todo tema de conversación tiene que
ser profundo y
trascendente, al ser humano promedio no le
interesan los grandes temas
filosóficos o científicos, la gente habla de
quien es, de lo que pasa en sus
vidas de su día a día, de sus gustos, intereses
y aficiones.
Horacio.- No tengo problemas cuando la gente habla de sí misma, puede ser
interesante y
conoces más a las personas. Tengo problemas
cuando la gente se pone a
hablar de temas… insulsos.
Marcela.- ¿Insulsos? (Retórica)
Horacio.- Sí tú me entiendes, insulsos, desabridos, insípidos.
Marcela.- ¿Cómo el clima? (Irónica)
Horacio.- Sí, como el clima, las modas, la telenovela de las seis.
Marcela.- ¿O el futbol? (Más irónica)
Horacio.- Sí incluso el futbol, si eres aficionado, puede ser un tema
llevadero y hasta
interesante, pero si no lo eres, puede ser una
verdadera tortura.
Marcela.- Yo creo que se trata de eso justamente. Tú lo has dicho, dijiste,
“si eres
aficionado,
puede ser un tema llevadero y hasta interesante”.
Horacio.- ¿Qué, el fútbol?
Marcela.- ¡No!, las personas, si eres aficionado o aficionada a las
personas, lo que hablan
las personas será un tema llevadero y hasta
interesante. Comunicarse es un
arte, es más que sólo hablar por hablar, y no
es común que puedas hablar de
temas muy profundos con alguien a quien acabas
de conocer. O que
indagues en su vida personal. Empiezas a
hablar de temas más o menos
comunes o inofensivos, como el clima, o temas
que se supone son del
dominio público, películas, programas
de televisión, la noticia del momento.
Se trata de que ambas personas se sientan
cómodas, hablando de un tema en
común de la que ambas sepan algo.
Horacio.- ¿Y que pasa cuando, una de las personas, no conoce el tema en
cuestión?
Marcela.- Pregúntatelo, creo que te has encontrado muchas veces hablando de
algo de lo
que solo tu sabes. Voy adentro, ¿Quieres
acompañarme? (Irónica y
encantadora)
Horacio.- Te sigo. (Suspirando)
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